Por: Mario E. Cohen
Este año, Janucá se festeja de la tarde del 7 al 15 diciembre de 2023
En estos días, la humanidad, Israel y el pueblo judío estamos pasando tiempos muy dolorosos. Parece que vivimos en momentos de profunda oscuridad. Justamente éstos también son tiempos de esperanza en el retorno de la luminosidad perdida. En coincidencia con esta época, la “luz” es centro de la festividad de las Luminarias o Janucá.
Esta celebración nos invita al pueblo hebreo al encendido, durante ocho días, de candelabros para transmitir la luz, para reproducirla, para hacerla propia. Es interesante señalar que se trata de encender una pequeña luz, tenue y débil, humilde y frágil, pero que no pudo ser extinguida por ningún déspota en más de dos milenios. La tradición judaica sostiene aquello de que “un haz de luz tiene el poder de disipar una enorme oscuridad”. Estas luces tienen por objetivo -de acuerdo a Maimónides (siglo XII)- “hacer público el milagro y aumentar así la alabanza y agradecimiento al Todopoderoso”.
¿Cuál es el significado de esta celebración, llamada en hebreo Janucá? Literalmente, el vocablo significa inauguración y evoca la primera lucha por la libertad religiosa que se conoce en la historia de la humanidad. Un hecho acontecido hace casi 22 siglos atrás y que sigue teniendo vigencia como una voz de alerta contra toda tiranía.
El rey helenístico Antioco IV, Epífanes gobernaba el Medio Oriente desde el año 175 a. EC. No contento en tener todo el poder político-militar sobre Judea, se había propuesto helenizar por la fuerza al pueblo hebreo (prohibió la circuncisión, el descanso sabático, entre otras restricciones). Es decir que quiso quitarles su identidad cultural y religiosa.
El pueblo se rebeló y pasaron dos años de duros enfrentamientos. Finalmente, de la mano de un gran estratega, Yehudá (Judá) Macabí o Macabeo, los judíos entraron victoriosos al Templo de Jerusalén, destruyeron el altar pagano y purificaron los utensilios profanados. El 25 de Kislev del año 165 (a. E. C.) encendieron por primera vez en muchos años el Candelabro. Aquí ocurrió lo que la tradición posterior llama el milagro de Janucá, la vasija que contenía aceite para un día alcanzó para los ocho días.
Una tradición familiar, en esta festividad es comer alimentos cocidos en aceite, para recordar indirectamente lo sucedido con el candelabro del Templo.
¿Cómo se expresa el “hacer público el milagro”? En estos días, enormes candelabros de Janucá pueden observarse en varias plazas porteñas, del interior del país y de América Latina. Lo mismo ocurre en urbes tan lejanas entre sí como Nueva York, Moscú, París, Madrid, Roma, Berlín, Ámsterdam y Jerusalén. Es que los judíos festejamos la Fiesta de las Luminarias. Hasta los presidentes Biden y Putin han encendido estos candelabros.
Al encender las luminarias es un buen momento para pedir, exigir y rogar para que los secuestrados por vuelvan sanos y salvos a sus hogares.
Para finalizar: en estos momentos difíciles y trágicos deseamos que la luz de Janucá sea inspiradora de la paz. Que la esperanza nos ayude a superar esos momentos oscuros y así construir un futuro luminoso y sin guerras. ¡ Shalom, Salam, Paz!
* El autor es presidente del CIDICSEF