Por: Raúl Rocha Gutiérrez
Para muchos expertos, la crisis mundial que hemos vivido a lo largo de 2020 solamente es comparable con la experimentada hace un siglo, cuando la llamada “gripe española” provocó la muerte de cuarenta millones de personas entre los años 1918 y 1920. Debido a eso, considero que este año demanda, más que cualquier otro, ser concluido mediante un inventario espiritual. Inventario espiritual que nos ayude a terminarlo de la mejor manera posible y que nos permita prepararnos para enfrentar el 2021 desde una buena perspectiva. Ahora bien, para realizar un apropiado inventario espiritual, los cristianos tenemos que recurrir a la Biblia. Particularmente a pasajes como el que se encuentra en los últimos versículos del capítulo 139 del Libro de los Salmos.
Los versículos mencionados se leen en la versión llamada “La Biblia Hispanoamericana. Traducción Interconfesional” (BH) de la siguiente manera: “Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos; mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno”. Es decir que, conforme a Salmos 139:23-24, para realizar nuestro inventario espiritual debemos hacer cuatro cosas. En primer lugar, dejar que Dios nos sondee y conozca nuestro corazón. En segundo lugar, someternos a la evaluación divina, dejando que el Todopoderoso nos someta a prueba y penetre en lo más recóndito de nuestros pensamientos. En tercer lugar, que Él observe cómo nos conducimos en nuestra vida diaria, de modo que si lo hacemos mal, nos lleve a poder corregirnos de inmediato. En cuarto lugar, rogarle al Omnipotente que nos guíe por el camino eterno. O sea, por el camino que recorremos los creyentes en la tierra mientras nos llega el momento de partir de ella. Y que en el caso específico de los cristianos significa seguir en todo el modelo del Hijo de Dios, quien dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6, BH).
Estamos viviendo un tiempo de profunda incertidumbre. En el que ni los científicos, ni los gobernantes se ponen de acuerdo sobre las medidas que se deben tomar para combatir el coronavirus con efectividad y, de esta forma, evitar tanto contagios como muertes. Esto nos lleva a temer lo que vendrá en el 2021 y a caer fácilmente en estados de preocupación y ansiedad. Debido a ello, realizar nuestro inventario espiritual, con base en las pautas descubiertas en el pasaje analizado, al guiarnos a una verdadera comunión con Dios y con quienes comparten nuestra fe, seguramente nos inyectará una dosis de confianza y de bien fundamentado optimismo. Que nos permita enfrentar el año que viene con la tranquilidad de estar convencidos de la presencia divina en nuestras vidas.
* El autor es Pastor evangélico. Dr. en Teología. Dr. en Ciencias Sociales. Lic. en Letras.
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