Por: Daniel Goldman
El poder de Dios es un don, el del hombre es indecoroso. Y cuando el hombre cree tener poder, considera que Dios fue hecho a su imagen. El venerado pensador Abraham Iehoshua Heschel sostiene que el término “tzelem Elohim”, “imagen de Dios” aparece en la Torá solo para recordarnos que todo lo que se encuentra sobre la tierra está colocado bajo el domino del hombre, excepto la vida humana. Por lo tanto se recurre a la figura “imagen de Dios” únicamente para enfatizar la criminalidad del asesinato. “Por vuestra sangre y vida también exigiré que me rindan cuentas: por cada animal lo exigiré; también del hombre exigiré que me rinda cuentas por la vida humana, de cada hombre por la de su prójimo. Y de cada maltrato también lo exigiré”, dice la Torá. Debemos tener estima por cada hombre, y desaprobación por el poder humano. Hace 16 años, mientras algún locutor comentaba la final del mundial de fútbol, todo parecía un muy normal 18 de julio. En un edificio de la calle Pasteur al 600, porteros abrían las puertas, empleados encendían sus computadoras, gente buscaba trabajo, transeúntes pasaban por la vereda. Nada diferenciaba a esa mañana de otras. Solo pasado y futuro se distanciaron a las 9:53. Un sonido furioso acompañaría a la destrucción de maderas, ladrillos y de ochenta y cinco almas. En un instante el mundo se detuvo. La existencia se interrumpió. Reconocimos la imagen de tragedia sembrada en el centro de nuestra propia ciudad. Polvo y ruinas sepultaron sueños y utopías. Caminantes detuvieron su marcha eternamente.“Hay un sentido más allá del absurdo” declaraba el rabino Soloveitchik. Hay marcas que el absurdo deja en la muerte. Y la única respuesta a la muerte es la vida. Vida y desesperanza son contradictorias. Sólo la vida ayuda a superar esta contradicción. “Las personas no nacen repetidas; por eso, aquéllos que fueron asesinados el 18 de julio de 1994 dejaron un enorme vacío en los corazones de sus familiares y de todas las personas sensibles y solidarias” … reza el texto en homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA elaborado por la ley Nº 193 L.C.B.A. Rindamos una plegaria en sus memorias, y sigamos exigiendo verdad y justicia.