La Iglesia de Bahía Blanca expresó su cercanía y solidaridad con los afectados por el temporal que ha golpeado la ciudad en los últimos días. A través de un comunicado firmado por el arzobispo, Fray Carlos Azpiroz Costa, y su obispo auxiliar, monseñor Pedro Fournau, destacó la solidaridad que suscitó la catástrofe y transmitieron un mensaje de esperanza y fortaleza en medio de la tragedia.
Más de 300 milímetros de agua en apenas cinco horas, y las lluvias continúan. La ciudad se ha hundido en la tragedia, colapsada ante el peor temporal en un siglo. Las cifras oficiales hablan de diez muertos hasta el momento, pero se cree que cuando bajen las aguas serán muchos más. Pese a las peleas políticas, las autoridades de los diversos niveles se unieron en la ayuda ante la emergencia.
Ante este escenario desolador, la Iglesia se comprometió a rezar por las víctimas de la inundación, por aquellos que han perdido seres queridos, y por todos quienes siguen esperando noticias de familiares desaparecidos o que han tenido que evacuar sus hogares.
En su mensaje, los líderes religiosos citan las palabras del Salmo 62,9: "Confíen en Dios constantemente, ustedes que son su Pueblo; desahoguen en él su corazón, porque Dios es nuestro refugio", como un recordatorio de la importancia de la fe y la confianza en estos momentos de angustia.
Además, los obispos destacaron la valiosa respuesta de la comunidad ante la catástrofe, mencionando "el esfuerzo de los servidores públicos, los voluntarios y los vecinos que, a pesar del dolor, han puesto en marcha una cadena de solidaridad y ayuda mutua. "La solidaridad nos renueva en el vínculo como humanidad", afirmaron, señalando que, en tiempos de dificultad, la comunidad se une y organiza para enfrentar los desafíos.
El mensaje concluye con una plegaria a Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad, pidiendo que sostenga la esperanza de todos los habitantes de Bahía Blanca y que interceda por la ciudad en estos tiempos de prueba.
La Iglesia, con este mensaje, reafirma su compromiso de acompañar a la comunidad en este difícil momento, subrayando que, a pesar de la tragedia, "no estamos solos, Dios camina con nosotros y nunca nos abandona".
Fuente: difusión