Por: Virginia Bonard
Unos 1.100 km en micro de Neuquén a Luján y 61 a pie en peregrinación desde el santuario de San Cayetano,
en Liniers, hasta la basílica. Y así en una repitencia amorosa desde hace más de 30 años. José Bustamante (45, miembro de Prefectura) y Paola Hucha (44, ama de casa y gran repostera) son un matrimonio con dos hijos que junto a Ligia, Santiago y Sebastián conforman un grupo de peregrinos de la provincia de Neuquén que todos los años organizan “la Pere” a Luján que llevó el año pasado a casi 180 devotas de la Virgen gaucha.
Quisimos saber la génesis de esta niciativa, “¿Cómo iniciamos las caminatas? Fue en la década del 80 por iniciativa de dos sacerdotes locales, Guillermo y Daniel, y desde ese momento los neuquinos no paramos de peregrinar a Luján”, cuenta José. Los organizadores son comunidad de las parroquias Virgen de Luján y Santa Rosa de Lima. “Juntas, llevamos a gente de Neuquén Capital y del interior de la provincia: Chos Malal, Picún Leufú, Paso Aguerre, Senillosa, Loncopué, San Martín de los Andes. Muchos años también se sumaron peregrinos de la provincia de Río Negro”, relata Paola.
Claro que este año la peregrinación a Luján debió ser virtual por la pandemia y les cambió los planes “Nosotros siempre le decimos a la gente que todas las peregrinaciones son diferentes y esta vez no fue la excepción”, dice José. Y agrega: “Este año fue algo motivador, movilizante y se vivió con mucha nostalgia por no poder estar ahí. Nos mantuvimos en oración, rezamos el Rosario cada hora, nos conectamos mediante Zoom y otras plataformas, haciendo el apoyo a los grupos orantes. Nos mantuvimos en contacto con la gente de Buenos Aires siguiendo la peregrinación virtual en la megatransmisión. Pero todo fue raro. No sentí haber caminado pero sí que rezamos mucho. Nos acompañamos rezando. Extrañamos, lloramos mucho. Subimos fotos y videos de años anteriores y los compartimos en nuestras redes sociales. Fue una forma de revivir experiencias”.
Con sentimientos de profunda alegría Paola y José contaron el gesto del padre Daniel Páez quien, respetando a rajatabla las restricciones para celebraciones religiosas en el templo, celebró la misa de envío (con 10 feligreses presentes) para los peregrinos virtuales que pudieron compartirla a través de su página de Facebook “Peregrinos de Neuquén Luján”.
-¿Les sirvió estar unidos virtualmente?
-Sí. Vernos por Zoom, rezar juntos el Rosario y por una misma razón nos unió mucho. Nos conectábamos en grupos de 50 más o menos, en distintas horas del sábado 3 de octubre.
-¿Qué les gustaría para el año que viene?
-Poder hacer nuestro viaje “real” y cumplir el sueño de tantos que este año vivieron su primera vez de esta manera tan rara como especial. Ver a través de las redes la basílica vacía nos puso un poco tristones. Si Dios quiere seguiremos viviendo esta peregrinación cada año y para el año que viene seguro que seremos muchos más.