MUSULMANES

Cómo interactuar cuando reina el desentendimiento

Por: Firas Elsayer (Centro Islamico de la Rep Arg)

La libertad, la aceptación y el respeto por la vida del otro, entre las claves para convivir sanamente.
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Al visitar Paris, Madrid, Roma o cualquier otra ciudad de Europa el viajero encuentra una multiculturalidad y pluralidad manifiesta en las calles y la sociedad.

Se trata de un signo de la posmodernidad, resultado de la necesidad que tiene el ser humano de interactuar socialmente con otros seres humanos no solamente de la misma cultura sino de todas las culturas presentes en el mundo. Pero esto no so- lo se acota a la realidad europea sino también a toda capital o mega ciudad moderna.

Esta interacción (no es solamente vínculo) entre las personas continúa creciendo exponencialmente en la aldea global sin tener en cuenta la distancia. Lo único permanente en este sentido es el cambio, un cambio continuo y un progreso tecnológico que dejan también numerosas carencias manifiestas. Dice el Corán: “Entre sus signos es haberos congregado en diferentes tribus y pueblos para que os conozcáis unos a otros...”

Entre las principales carencias actuales tenemos la pobreza, la ignorancia y la injusticia ya que son fuente de muchos males que aquejan hoy a la humanidad. La creciente desigualdad en diferentes regiones de los cinco continentes, la falta de acceso a una educación que contenga y desarrolle al ser humano formándolo integralmente y las diversas formas de opresión, entre otras cuestiones, continúan sustentando grandes migraciones humanas.

Ejemplo de ello han sido las recientes crisis humanitarias. Al respecto, el Corán dice: “Acaso no es lo suficientemente amplia la tierra de Dios” como referencia a procurar el cambio de situación de una persona, un grupo o un pueblo y salir de la opresión e injusticia.
Asimismo, los avances tecnológicos que permiten nuevos y mejores medios de transporte, solo imaginados hasta hace muy poco tiempo, contribuyen exponencialmente en el presente y el futuro inmediato a esta realidad.

Pues bien, todo ello conduce - como decíamos anteriormente- a exponer también las carencias humanas, cada vez más profundas de comprensión, integridad y objetividad de criterio tratando de ponerse en el lugar del otro en el actual paradigma. Carencias humanas sobre cómo responder a la pobreza en nuestras ciudades y nuestro entorno. Mayores carencias humanas en la ética y la educación, en la igualdad y el fomentar el bien. Hay cuestiones que no deberían pasar por la mente humana como generalizar negativamente a toda una cultura o una religión por la acción criminal de un cobarde.

Formar conclusiones negativas a partir de un acto contra una raza de- terminada, llevar a la degradación de una religión o un grupo de personas por las consecuencias de no poder procesar las realidades actuales o negar sistemáticamente las injusticias, son causa muchas veces de ese desentendimiento. No contribuye al entendimiento cuando desde la comunicación masiva formal, el megalómano autor de un crimen es considerado como un pobre loco o un enfermo y en el peor de los casos un extremista de una corriente política de- terminada. Especialmente si ese cobarde tiene barba, tez oscura o proviene de un país fuera de los centrales, va a ser rápidamente considerado así solo por su pseudo condición religiosa. Ejemplo de ello son los titulares que dicen “al grito de Allahu Akbar...” tal cosa u otra. Aquí no solo se demoniza al Islam y a los musulmanes sino también las palabras pertenecientes a la adoración religiosa del musulmán.

“No son iguales o comparables quienes tienen conocimiento y quienes no lo tienen” afirma el Corán.

Esta perversa manipulación de los hechos que cometen algunas personas irresponsable (políticos, profesores y comunicadores) demonizando al Islam o a los musulmanes solo pueden verla, identificarla y rechazarla los corazones dotados de objetividad, mentes de sano juicio y hombres y mujeres de sincero deseo de respeto y convivencia pacífica entre las diversas culturas.

Contribuir con responsabilidad al desarrollo de la humanidad implica enfrentar con valentía y coraje los diversos desafíos que la realidad actual expresa. La libertad de expresión y de culto y la aceptación con respeto y consideración del pensamiento y la forma de vida del otro, son las herramientas con las que podemos continuar mejorando sanamente entre todos la enseñanza a una nueva generación de jóvenes que enfrentan desempleo, crisis económica y política, pobreza y dificultad en el acceso a la educación, entre otros.