Se acaba de publicar el libro “Los frutos de mi sufrimiento” de Ricardo Francisco Biocca, un joven de 22 años que en la plenitud de su vida vio apagarse su cuerpo por una dura enfermedad, mientras resplandecía su espíritu con “una capacidad de amar y sabiduría que pocos seres humanos alcanzamos en esta existencia, a veces viviendo tres o cuatro veces más tiempo de lo que él lo hizo”, como expresa su hermano en el prólogo.
Con un memorial escrito por Ignacio Larrañaga, el libro, más que hablar del dolor causado por un tumor en el hueso sacro que fue extendiéndose hacia los pulmones, expone sobre todo la entrega, la fe, y la madurez espiritual a la que llegó en los últimos días de su vida.
El ejemplo de este joven para aceptar con alegría la vida y la muerte es un mensaje esperanzador, que impulsó a su familia a crear una fundación, a la que serán destinados los fondos obtenidos por los derechos de autor.