Lunes 11.12.2023

UNA INICIATIVA DE SCHOLAS OCCURRENTES

Contención virtual de jóvenes a ancianos aislados

Por: María Montero

El proyecto “Estar juntos” busca mitigar el impacto de las restricciones por el covid en varios países.
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Mucho antes que apareciera el coronavirus con la exigencia de aislamiento y distancia social, la soledad afectaba a adultos como a jóvenes por igual. De hecho, la depresión, ya era considerada epidemia por la Organización Mundial de la Salud y juzgada como “pandemia silenciosa”. No cabe duda, sin embargo, que esto se ha agravado desde el año pasado, especialmente en geriátricos e instituciones donde viven adultos mayores.

De ahí que el programa “Estar juntos”, de la fundaciónpontificia Scholas Occurrentes haya surgido durante la crisis de la pandemia y siguiendlas recomendaciones del Papa Francisco de acercar a los niños y jóvenes con las personas mayores para tener una sociedad con presente y sentido.

La propuesta busca paliar los efectos emocionales y cognitivos negativos que conlleva el aislamiento a través de videollamadas entre jóvenes voluntarios de Scholas en distintas partes del mundo con adultos que no tienen una red de contención familiar, para no dejar a nadie solo.

Lucas del Corral, coordinador voluntario del programa, explica que la iniciativa nació “por un lado en una necesidad de los jóvenes de ayudar en esa soledad que también ellos sufrían y, por otro, a instancia de una compañera de Italia que tenía su padre en un hogar y no le permitían las visitas, por lo que pensó en acercarle un teléfono para comunicarse con él por videollamadas”.

En mayo de 2020 la experiencia llegó a la ciudad de Buenos Aires con una prueba piloto en el Hogar San Martín con 10 adultos mayores y 20 jóvenes voluntarios. “La necesidad de que sean siempre dos jóvenes por cada adulto es en caso de que se corte la conexión y la persona quede sola”, refiere el coordinador.

El gobierno porteño ofrece la conexión y las tablets. Los hogares se ocupan del lugar, de la lista de interesados en comunicarse y de higienizar los equipos, y Scholas de los jóvenes voluntarios. Esta primera experiencia fue tan positiva que enseguida escalaron a 30 personas mayores con 60 jóvenes, en tres turnos. Y en octubre, se realizó también en el hogar Martín Rodriguez – Viamonte.

“Fue impresionante lo que se generaba –asegura del Corral-, se compartían aprendizajes de vida, sueños, recuerdos tristes, alegres, proyectos. Fue una verdadera relación intergeneracional e intercultural, donde hablaban de sus costumbres, su amor por el tango, el folklore, el mate, con chicos de México, Panamá, Paraguay, y en ese compartir veíamos como se armaban vínculos, como cambiaba la percepción de un grupo con el otro. Disminuía el sentimiento de soledad y de ansiedad para dar lugar a la alegría y la esperanza”

Durante tres semanas Carlos, que vive en el Hogar, conversó con los adolescentes Sergio, de Madrid y Laydis, de Panamá. “Hicimos como una pequeña amistad –cuenta-; esto es una experiencia novedosa para mí, que nos podamos comunicar con otros países, con otra gente, saber cómo estudian los chicos, como viven esta historia de la pandemia”

“Muchas veces se dice que los jóvenes son el futuro y los ancianos el pasado y se genera la cultura del descarte porque entonces ninguno es el presente”, define del Corral. Y opina que con esta conexión, “los jóvenes hacen soñar a los viejos y los viejos les recuerdan sus raíces, no para encerrarse en ellas, sino para tomar lo mejor y dar fruto”. En definitiva, sostiene que es darse cuenta de que se necesitan mutuamente.

Los voluntarios son estudiantes mayores de 18 años de diferentes países formados para que sepan generar diálogo y empatía con las personas mayores, de ese modo surge una conversación verdadera. Se trata de un programa educativo, donde existe una pedagogía y una metodología determinada, donde se evalúan los impactos en las personas mayores y en los jóvenes.

Los educadores de Scholas los preparan para dejar de lado prejuicios. Y si bien en las charlas no hay temas tabú, si alguno incomoda deben pasar a otro. “Sobre todo, disfrutarlo”, aclara del Corral.

El próximo desafío es por un lado incorporar a estos encuentros a las personas postradas y, por el otro, extenderlo a Italia y a otros países donde recientemente se firmaron acuerdos con los Ministerios de Educación y Salud.