Por: Daniel Goldman
El estudio ha sido considerado un aspecto esencial de la tradición judía. Estimuló la identidad hebrea y vigorizó la continuidad histórica a través de los siglos. La insistencia en esta tarea surge del propio acervo espiritual-cultural, como camino y guía para la acción y no simplemente como una curiosidad intelectual. Así lo relata el Talmud cuando dice que “aquél que estudió la Torá para poder en señar, tendrá el mérito de estudiar y de enseñar. Pero aquél que estudia para cumplirla tendrá el mérito de estudiar y enseñar, de cumplir y observar”. La función de un
padre para con su hijo no se basa en un accidente biológico; se sustenta en el acto educativo para con la descendencia. Como dice el Deuteronomio: Y enseñarás a tus hijos. Un papá es un maestro de la existencia, y debe ser honrado como el discípulo lo hace con su docente. El estudio tiene tanta importancia que Rabí Meir, el gran sabio, enseña que cada uno debe disminuir sus obligaciones y negocios e incrementar el tiempo para el conocimiento.
En nuestro país, la red escolar judía ha sido de tal magnitud y reconocimiento, que fue considerada como una de las mayores del mundo. Escuelas rabínicas, espacios de formación docente, y creación literaria como las obras de Alberto Gerchunoff y Cesar Tiempo dejaron la impronta de ésta simbiosis inseparable entre lo argentino y lo judío. Hoy, una gran cantidad de jóvenes de distintos círculos intelectuales académicos desarrollan múltiples investigaciones sobre temáticas judías en las diversas universidades locales. Enraiza - da en esta inquietud y guiados con un espíritu pluralista, el rabino Felipe Yafe, el filósofo Darío Sztajnszrajber, el historiador Alejandro Dujovne y el profesor Roberto Dvoskin han fundado la Universidad Libre
de Estudios Judaicos, con el objetivo de poder brindar las herramientas del pensamiento y la acción para la futura generación. Esta iniciativa universa - lista puede resultar un paradigma de continuidad para la milenaria costumbre de nutrirse de los textos sagrados, volviendo a darles una vigencia significativa en un mundo tan difícil de comprender. Acompañados por un consejo académico de renombre nacional e internacional, y con la visita de profesores del extranjero, esta experiencia se propone acompañar la creatividad intelectual y el pensamiento crítico, muchas veces perdido en sociedades que pretenden tener una sola voz, a la vez que admite repensar, profundizar y difundir lo judío a la luz de las diferentes disciplinas como la historia, la filosofía y la sociología, ya que constituyen ámbitos del saber contemporáneo. Asignaturas como Pensamiento judío, Biblia y Talmud, permitirán al estudiante nutrirse de una bibliografía altamente recomendable y de una vivencia intensa. Robert Gordis nos enseña que el judaísmo nunca ha sido estático; siempre se ha adaptado a un nuevas condiciones, luchando de manera acérrima contra el desconocimiento, la fuente del prejuicio. Rogamos que
ayude a poner claridad ante la oscuridad. Más datos en un-i versidadjudia@gmail.com