Una marea humana de cerca de 700.000 personas, casi la mitad de la población de Timor Oriental, asistió a la misa que presidió el Papa en la explanada de Taci Tolu, que vibró con los mensajes que les lanzaba Francisco, quien, antes de darles la bendición, pronunció unas palabras que eran improvisada, sí, pero que se veía que habían sido pensadas antes. Una enigmática advertencia que vino precedida de su admiración por la juventud de una nación que no quiere perder sus raíces.
"Estén atentos, porque me dijeron que en algunas playas vienen los cocodrilos, los cocodrilos que vienen nadando y tienen la mordida más fuerte de lo que manejamos", indicó Francisco, quien, previamente había se había preguntado, con la complicidad de la multitud, "¿qué es lo mejor que tiene Timor? ¿El sándalo, la pesca?...".
"Lo mejor -les respondió el Papa, provocando un grito de aprobación en toda la explanada- es su pueblo. No puedo olvidar a ese pueblo al costado del camino, con los niños... ¿Cuántos chicos tienen ustedes? Lo mejor que tiene un pueblo, es la sonrisa de sus niños", afirmó Francisco, quien ya había aludido a la juventud de la sociedad de Timor Oriental.
"Y un pueblo que enseña a sonreír a sus niños, es un pueblo con futuro", prosiguió el Papa, para acto seguido lanzar la advertencia, que incluso hizo dudar al traductor, quien no acababa de captar el sentido de las palabras del Pontífice.
"Pero estén atentos, porque me dijeron que en algunas playas vienen los cocodrilos, los cocodrilos que vienen nadando y tienen la mordida más fuerte de lo que manejamos. Estén atentos, estén atentos -reiteró- a esos cocodrilos que quieren cambiarles la cultura, que quieren cambiarles la historia, manténgase fieles y no se acerquen a esos cocodrilos, porque muerden. Y muerden mucho…".
Finalmente, el Papa les deseó "la paz y que sigan teniendo muchos hijos, que la sonrisa de este pueblo san los niños".
Fuente: RD