ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA - AUTOR: PBRO. GUILLERMO MARCO

De la Argentina para el mundo

Por: P. Guillermo Marcó

El encuentro de oración que promovió el Papa con los presidentes de Israel y Palestina hunde sus raíces en la acción interreligiosa del entonces cardenal Bergoglio en Buenos Aires como la firma de un acta contra el terrorismo.
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En Buenos Aires, el 9 de agosto de 2005, representantes de las tres religiones monoteístas presentes en la ciudad de Buenos Aires suscribimos una declaración conjunta contra "toda forma de fundamentalismo y terrorismo".
El documento fue suscrito en la curia arquidiocesana de Buenos Aires por el entonces arzobispo local, cardenal Jorge Bergoglio; el vicepresidente primero de la DAIA, León Cohen Bello; el presidente de la AMIA, Luis Grynwald, y el presidente del Centro Islámico, Omar Helal Massud.
La presentación de la declaración estuvo a mi cargo siendo vocero del arzobispado. Abrí el acto diciendo que los hechos violentos son perpetrados por individuos y nada tienen que ver sus autores - aunque se lo arroguen- con las religiones que representamos. Luego, hablaron las autoridades: "Queremos trabajar por el bien común y condenar todo lo que produce terror y destruye. Contra todo terrorismo, tanto el imperial como el estructural", subrayó el cardenal Bergoglio. "Este es un ejercicio de militancia por la vida", destacó Cohen Bello. "El Islam no es terrorismo, sino una religión de paz", aclaró Massud. Al final de la ceremonia, el cardenal Bergoglio pidió orar en silencio por las víctimas de los atentados en la embajada de Israel y la AMIA, y por el "tan estimado y querido" Adel Made, presidente del Centro Islámico, que había muerto una semana atrás y obligó a posponer la firma de este texto interreligioso. "Todas las comunidades presentes en la ciudad de Buenos Aires, queremos vivir así. Agradezco y me siento honrado de su presencia en esta casa. Ésta es la casa de todos", señaló el purpurado, dirigiéndose a los demás representantes religiosos.
También lo rubricaron el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet El; Omar Abboud, por entonces del Centro Islámico, y quien esto escribe, en su carácter de redactores del documento.
En el documento -"como una muestra más de nuestra vocación religiosa comprometida con los más altos valores del espíritu humano relacionados con la paz"- los firmantes ratifican su "voluntad de rechazar cualquier forma de terrorismo y fundamentalismo". En febrero de este año viajamos a Tierra Santa -previo al viaje del Papa- una delegación de 45 hermanos argentinos, judíos, musulmanes y cristianos, visitamos los mismos lugares que visitó luego Francisco y nos entrevistamos con las personas con las que él se encontró. Queríamos dar una señal de que las suyas no son solo expresiones de buenos deseos. Que en la Argentina, con su acompañamiento y aliento, hemos construido una relación fraternal que trasciende las fronteras de nuestras limitaciones. Fuimos a dar testimonio de lo que veníamos trabajando con él desde hacía doce años. Y a decir que la paz es posible si "la construyen los pueblos".
El sábado pasado nos volvimos a reunir en el Cabildo los referentes religiosos y los dirigentes comunitarios de antes y los de ahora para apoyar desde el fin del mundo el histórico encuentro de oración por la paz con los presidentes de Israel y Palestina al que convocó Francisco en el Vaticano. Junto al Papa estuvieron el co-presidente de nuestro Instituto del Diálogo, Omar Abboud, y el rabino argentino Abraham Skorka. Fue, pues, un encuentro internacional con raíces argentinas.