El Observatorio Astronómico Vaticano cuenta desde 1993 en Tucson, Arizona, con un poderoso telescopio y prevé construir otros dos más. En su centro de Castelgandolfo, donde estudian astrónomos de todo el mundo, hay un laboratorio de análisis de meteoritos, que cuenta con 1.150 piezas. Entre ellos, se destaca uno que, se cree, es de Marte. “Hay evidencia científica para pensar que proviene de allí”, dice el director del Observatorio, el padre José Gabriel Funes. En una pared, enmarcada, se exhibe una piedra de la luna, que trajo la última misión Apolo, la XVII y que fue regalada al entonces Papa Pablo VI.