En octubre de 1894 llegaron los primeros Misioneros del verbo divino para instalarse en el barrio porteño de Palermo. Eran los padres Antonio Ernst y Guillermo Klocke. Traían con ellos una treintena de cajones que contenían todos los elementos necesarios para instalar una imprenta. En abril de 1895 entró en funcionamiento el taller de impresión con el primer número del semanario Argentinischer bolksfreund, (Amigo del pueblo argentino), dirigida a los inmigrantes de lengua alemana que se afincaron en diversas provincias argentinas. Fue el inicio de la Editorial Guadalupe, que tomó la advocación de la virgen patrona de la parroquia y el colegio homónimo. Una joya publicada a fines de la década de 1940 fue “La biblia para la Familia”, la primera impresa y distribuida en Argentina. También los misales de alatar y los diversos devocionales que en los años previos al Concilio vaticano II sostenían la piedad popular. Hasta que el padre José Galinger integra a la editorial la pedagogía, teología, literatura infantil, música, espiritualidad, filosofía, catequesis. También una colección de textos que ayudaron a la interpretación del concilio, hoy digitalizada y a disposición de estudiosos en la página web de la editorial. El talante que inspiró el servicio de los Misioneros del verbo divino mantiene su propuesta de traslucir los valores del Evangelio mediante autores que, desde la reflexión, dialoguen con las necesidades y situaciones de las personas y sus contextos.