Por: María Montero
El próximo 17 de agosto será un día de fiesta para los 700 mil habitantes de la ribera del río Amazonas que por primera vez en la historia contarán con atención médica de calidad gracias a la asistencia del Barco Hospital Papa Francisco, que zarpará desde la ciudad de Belén, capital del estado de Pará en Brasil, para recorrer mil kilómetros de una de sus cuencas.
El tandilense Román González, recibido en la Universidad de La Plata, es el único médico y argentino que será de la partida. Pertenece a la fraternidad San Francisco de la Providencia de Dios, tiene 35 años y desde que ingresó a la comunidad cambió su nombre por Fray Leonardo. “Lo que trae como novedad este proyecto –explica- es una iglesia respondiendo al pedido del Papa de estar siempre en salida, que evangelice por medio del testimonio y con obras concretas que transmitan el amor de Dios por cada uno de los sufridos”.
Según el fraile, esto da lugar a una nueva vertiente en salud que es la medicina misionaria, que “comprende a la salud como un mayor bienestar psicosocioespiritual, abordando en cada persona las cuatro dimensiones del ser, intentando aliviar el sufrimiento. Para mí –continúa- es una novedad como iglesia y en lo personal como médico, porque esta nueva forma de misionar marca un cambio de paradigma”.
El Barco Hospital será el camino para llevar salud y asistencia a la población ribereña y para complementar la asistencia a las comunidades. Cuenta con dos “ambulanchas”, una hará el trabajo de clasificación de los pacientes para optimizar la ayuda y otra, equipada para urgencias, respaldará eventos más graves. Además del trabajo de salud, el barco está coordinado por un sacerdote franciscano responsable de llevar la palabra de Dios, la espiritualidad y la humanización a toda la población atendida por los equipos médicos voluntarios.
La iniciativa nació durante la Jornada Mundial de la Juventud 2013. En esa oportunidad, el Papa visitó el hospital que tiene a su cargo la comunidad franciscana en Río de Janeiro, donde le preguntó a Fray Francisco, el fundador de la orden, si estaban en el Amazonas. La respuesta fue “no”. Inmediatamente el Santo Padre dijo: “Entonces debes ir”. Así, al tomar posesión de dos hospitales en Óbidos y Juruti en la Amazonia, se dieron cuenta que la población que vivía en las orillas del río tenía dificultades para llegar a esas clínicas, por lo que imaginaron que la única manera era que el hospital fuera a ellos.
El buque cuenta con consultorios médicos, centro dental, sala de operaciones, de oftalmología, laboratorio de análisis, sala de vacunación, de
medicamentos y camas, así como equipos de examen como rayos X, ultrasonido, ecografía, mamografía y electro. Además de brindar atención médica básica a la población, los equipos también trabajarán para prevenir y diagnosticar el cáncer en forma temprana mediante pruebas y exámenes de detección. También se asocia con universidades que enviarán a sus equipos médicos y residentes.
“En este viaje van a estar activos todos los recursos del barco excepto cirugías porque no llevamos médico cirujano –aclara Leonardo-, y en paralelo a la acción de asistencia en salud se va a evangelizar, a distribuir alimentos y recreación con chicos”.
La fraternidad “San Francisco de Asís en la providencia del Señor” tiene más de 70 obras en Brasil, Haití y Portugal, todas dedicadas a la sanidad. Su carisma es el de asistir la salud de las personas contemplando a Jesús en el pobre y permitiendo que ellos contemplen el amor de Dios en quienes los cuidan, la oración contemplativa y la misionaria, que es el anuncio del evangelio.
“Cuando en su tiempo san francisco de Asís se convierte y abraza a un leproso que era rechazado por miedo al contagio, quiebra su barrera cultural. Nuestro proyecto –afirma Leonardo- es también abrazar al leproso actual, es decir a toda persona pobre, enferma y excluida, y en este caso son los hermanos de la Amazonia”.