Hace 14 siglos el islam hizo el mas grande llamamiento ecuménico al mundo jamás antes visto. El Corán convoca a la gente del libro (cristianos y judíos, principalmente): “Di: Oh gente del libro venid a una palabra común entre vosotros y nosotros. No adoramos a nadie más que a Dios, no le asociamos nada, no nos tomemos por señores los unos a los otros en lugar de Dios. Si dan la espalda decid: sed testigos de que nosotros somos sumisos a la voluntad de Dios” (Corán 3, 64). Dios dice: “(Los piadosos son) quienes creen en lo No-visto, son constantes en la oración y dan limosna de lo que Nosotros les hemos proveído; y quien cree en lo que les hemos enviado antes que vosotros, y (en sus corazones) tienen seguridad del Más Allá” (2, 3-4). Al principio el Corán llama a la gente a aceptar a los primeros profetas y sus Libros. Observando tal condición al inicio del Corán, ésta me parece muy importante, especialmente en el asunto de establecer un diálogo entre creyentes de diferentes religiones. En otro versículo Dios dice: “No discutáis con la gente del Libro a no ser con buenos modales (más que meras disputas)” 23, 46. Aquí el Corán describe cómo proceder. La visión de un teólogo importante del islam, el maestro Bediuzzaman Said Nursi, dice: cualquiera que es feliz acerca de la derrota de su oponente en un debate no es piadoso. No se gana nada con la derrota. Si fuera derrotado y el otro resultara victorioso entonces habéis corregido uno de vuestros errores. El debate
debe permitir que la verdad se revele y no ser utilizado para aumentar nuestro ego o nuestro orgullo. Así. “Dios no os prohíbe que seáis buenos y equitativos con quienes no han combatido contra vosotros por causa de vuestra fe, ni os han expulsado de vuestros hogares. Alá ama a los que son equitativos” Corán (60, 8).