LA HISTORIA DE UN PARROCO VALIENTE

El padre “Chifri” quiso volar para visitar a su gente

Intentó llegar en parapente para evangelizar en los cerros de Salta, hasta que un viento traidor lo hizo caer. Aun con bastones, sigue su labor.
Comparte

Cuando hace diez años el redoro Modirfgi Serdapo “Chifri”, como lo conocen todos, se hizo cargo de la parroquia Santa Rita, en Rosario de Lerma, a 120 km de la capital de Salta, descubrió que la vida en los cerros era sacrificada y exigente.
El padre “Chifri” debía atender pastoralmente a vecinos de su ex - tensa parroquia, diseminados  en 27 parajes que estaban entre los 3 mil y 4 mil metros de altura, con caminos intransitables. No tenían medios de comunicación, agua potable ni luz. La mayoría de los habitantes eran niños y ancianos que soportaban el intenso sol de altura y noches de 25º bajo cero. Apasionado por la educación se propuso mejorar la vida de esas comunidades. Como gran deportista decidió aprender parapente como forma de llegar a lugares de difícil acceso, pero en 2004 sufrió un grave accidente. Un remolino de viento cerró su parapente y cayó desde 40 metros, dejándolo  lisiado.
“Se me quebró la columna en la primera vértebra lumbar y me la-s timé la médula”, cuenta el sacerdote.
Lejos de acobardarse, agradece a Dios por la recuperación que va viendo a diario y asegura que  no piensa detenerse. “A fines del 2006 dejé la silla de ruedas, camino con bastones y sigo andando por los cerros a caballo, en bicicleta y en cuatriciclo”, dice.
Su obra alcanza desde una antena para radio B.L.U. que comunica las escuelas-albergue de los cerros con la parroquia, hasta el “colectivo de los sueños”. Un ómnibus viejo reciclado que recorre las comunidades transportando libros de cuentos, instrumentos musicales, una televisión, un DVD con películas y hasta un castillo inflable.
Las ideas van surgiéndole espontáneamente. Para acercar a los chicos a los sacramentos, por ejemplo, se le ocurrió valerse de títeres para celebrar las misas. “Así inventé a Chapita y Santa Teresita, dos marionetas que siempre me acompañan”, dice. Otro día presenciando un trueque
entre artesanos, tuvo la idea de fomentar la artesanía local. Así nacieron los “expocentros”, muestras a beneficio de artesanos y escuelas de los cerros, donde los lugareños pueden vender sus productos sin intermediarios. Estas muestras dieron pie a cursos de capacitación y perfeccionamiento y, posteriormente, a un centro permanente de exposición, capacitación, turismo, producción y artesanía enclavado en el Alfarcito, un paraje contiguo a las vías del tren
de las nubes.
Su labor es valorada en toda la provincia y le permitió recibir el año pasado el premio “Juntos Educar” de manos del cardenal Bergoglio. Agradecido, dijo: “En esa zona de la puna descubrí hermanos que por vivir tan lejos han sido olvidados y hasta dejados de lado y a los cuales sólo quise acercarles un poco de los avances con que se cuenta en las grandes ciudades”. Para quienes deseen comunica-r se con su comunidad y comprometerse para ofrecer alguna ayuda al
padre “Chifri” y su gente, basta cliquear www.parroquia-santarita.com.ar o bien entrar en  www.elalfarcito.com.ar