Después de una agotadora jornada en Nueva York, el Papa Francisco llegó esta mañana a Filadelfia, la cuna de la independencia de los Estados Unidos, donde lo espera esta vez una agenda más religiosa que política. En una ciudad que está completamente paralizada por las medidas de seguridad, el Pontífice presidirá por dos dos días un encuentro de familias organizado por el Vaticano, que terminará mañana con una misa al aire libre en la que estiman que asistirán un millón de personas.
Francisco arribó en un avión de American Airlines tras un viaje de pocos minutos procedente de Nueva York, donde lo despidieron unas monjitas argentinas. Por la calles de esta ciudad –que los estadounideses llaman cariñosamente “Philly”-- se ven sacerdotes, monjas y muchas parejas y jóvenes que vinieron de todo el mundo para el Encuentro Mundial de Familias, una conferencia para más de 18.000 personas que ya comenzó con distintos paneles, mientras el Pontífice estaba primero en Washington y luego en Nueva York.
El centro de la ciudad, donde está el Palacio municipal y el Independence Hall, donde el Pontífice se presentará esta tarde, está completamente bloqueado con vallas de concreto en las calles y controles de seguridad. Desde anoche, cualquier persona que quería ingresar al área sensible debía ser requisada completamente, incluso con perros detectores de explosivos, a pesar de que aún el Papa no estaba aún en la ciudad.
Esta mañana había ya largas colas frente a los detectores de metales con gente que iba hasta con bolsas de dormir. Muchos de los residentes protestan porque no hay clases desde hace varios días en las escuelas públicas, el transporte está alterado y el comercio severamente afectado en la zona del bloqueo.
Francisco dio hoy por la mañana una misa en la catedral de San Pedro y San Pablo, donde instó a los católicos laicos a tener una mayor participación en la vida de la Iglesia, y rescató el enorme papel de la mujer.
Por la tarde dará un discurso en el Independence Hall, donde los Padres Fundadores de Estados Unidos firmaron la Declaración de Independencia y la Constitución, y lo hará desde un atril empleado en el Discurso de Gettysburg, otro guiño a Abraham Lincoln, uno de los cuatro estadounidenses que el pontífice citó como inspiración en su intervención en el Congreso. Se espera que hable allí de libertad religiosa.
Los habitantes de la ciudad se preparan para la fiesta de este fin de semana. Esta noche habrá un gran festival para homenajear a las familias en el Benjamin Franklin Parkway, el corazón cultural de la ciudad, donde actuarán Aretha Franklin y otros artistas. A ese mismo lugar regresará mañana por la tarde, donde se despedirá de sus fieles y de todo Estados Unidos, con un misa masiva.
Pero antes tendrá un gesto para los que sufren. Visitará una cárcel, se entrevistará con presos que cometieron asesinatos, violaciones y otros delitos, para apoyar su mensaje al Congreso de Washington contra la pena de muerte y a favor de la rehabilitación.
Luego, tras una gira histórica y agotadora de 9 días, que comenzó en Cuba y termina en Estados Unidos, partirá mañana a las 8 de la noche rumbo a Roma.
Fuente: Clarín