Lunes 11.12.2023

DESDE GRECCIO, DONDE SAN FRANCISCO ARMÓ EL PESEBRE

El Papa invita mantener viva la tradición de armar el pesebre

Comparte

El 9 de diciembre, el Sumo Pontífice visitó una exposición de pesebres de distintos países en el Vaticano. Previamente, en un viaje a Greccio, el Papa Francisco estuvo en el Santuario del Pesebre, donde el santo de Asís, por primera vez, realizó la evocación del nacimiento de Jesús. Allí dio a conocer su Carta Apostólica Admirabile signumacerca del significado y valor del pesebre. En ella, expresa el deseo que no se debilite esta práctica navideña, reflejo de la espiritualidad popular.

Al recordar el episodio franciscano de la representación del nacimiento de Jesús, destaca la etimología latina de la palabra praesepium, que significa “establo” y “caja donde se pone la hierba verde o seca que se le da al ganado para alimentarlo”. De estas definiciones proviene la palabra “pesebre” asociada a la Navidad para designar tanto la “cuna” del Niño Jesús como al espacio que albergó, por primera vez, a la Sagrada Familia: “El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer. El heno se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como el pan bajado del cielo”.

Francisco recupera el sentido profundo de la costumbre de “armar el pesebre”: “El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a creer que Dios está con nosotros y que estamos con Él, todos hijos y
hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad”.

“Ante el pesebre –explica el Papa– la mente va espontáneamente a cuando uno era niño y esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construirlo. Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que nos ha sido transmitido en la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia”.

Así, invita a mantener viva la tradición: “No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición”

Finalmente, exhorta a colocarlos en los lugares de trabajo, escuelas, hospitales, cárceles y plazas. Y recuerda la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador, de anunciar la Buena Noticia, y dar testimonio, con acciones concretas de misericordia, de la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor.