Sergio Rubin
En una nueva manifestación de elegir a miembros del clero con marcada preocupación social, el Papa Francisco nombró arzobispo de La Plata al ex cura villero Gustavo Oscar Carrara, de 51 años, que hasta ahora era el número dos del arzobispado de Buenos Aires, responsable de la presencia de la Iglesia en los asentamientos porteños.
Carrara, que vive en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, fue ingresado en andas por sus vecinos a la catedral metropolitana en 2017 para la ceremonia en la que fue consagrado obispo, y la semana pasada fue elegido por el centenar de obispos del país presidente de Cáritas Argentina, la mayor institución solidaria de la Argentina.
El nuevo arzobispo de La Plata cobró notoriedad en junio cuando participó de una misa en una iglesia del barrio de Constitución en homenaje al “cura barrendero” Mauricio Silva, desaparecido en 1977, en la que se entonaron consignas contrarias al presidente Javier Milei, ante lo cual Carrara tomó distancia y pidió disculpas.
El año pasado, durante la campaña con vistas a las elecciones presidenciales, había participado de otra misa de los curas villeros en la villa del barrio porteño de Barracas en desagravio por las descalificaciones e insultos que en el pasado le había propinado al Papa Milei, quien luego se disculpó por ello.
Carrara reemplaza en el cargo a monseñor Gabriel Mestre, a quien el Papa, sorpresivamente, destituyó en mayo por considerar que este había liderado una resistencia del clero y los fieles contra la designación de Francisco de su sucesor en la diócesis de Mar del Plata y promover a su vicario, Luis Albóniga.
Hasta ahora era vicario general del arzobispado de Buenos Aires, a cargo de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, quien en una declaración le agradeció “en nombre de la Iglesia de Buenos Aires por la vida y la entrega” tras haber compartido “desafíos, problemas y alegrías como compañeros de camino y hermanos en la vida”.
La elección de Carrara revela además un cambio de época en la Iglesia de la mano de Francisco porque al frente de la arquidiócesis de La Plata, una de las más importantes del país, estuvieron obispos muy conservadores como Antonio Plaza -llegó a ser capellán de la Policía bonaerense durante la última dictadura- y, mas recientemente, Héctor Aguer.
También fue su arzobispo Antonio Quarracino, luego arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado y hasta hace un par de años Víctor Manuel Fernández, quien fue llevado al Vaticano por el Papa para ocupar el relevante cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de Fe, el virtual número tres de la Santa Sede.
Carrara nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1973, ingresó en 1991 al seminario metropolitano de Devoto y cursó estudios eclesiásticos en la Facultad de Teología de la UCA, siendo ordenado sacerdote en 1998 por el entonces arzobispo porteño, Jorge Mario Bergoglio.
De 1999 a 2003 fue vicario parroquial de Nuestra Señora de Luján de los Patriotas (barrio Mataderos); de 2003 a 2006, vicario parroquial del santuario San Cayetano (barrio Liniers); de 2006 a 2007, vicario parroquial de la Inmaculada Concepción, de Belgrano; de 2007 a 2009, primero administrador parroquial y luego párroco de Virgen Inmaculada (barrio Villa Soldati); y de 2009 a 2017, párroco de Santa María, Madre del Pueblo, en la villa de emergencia 1-11-14 del Bajo Flores.
En 2002 fue responsable en la comisión arquidiocesana de Pastoral de Juventud; de 2006 a 2009, viceasesor del Consejo Arquidiocesano del área Jóvenes de la Acción Católica Argentina; de 2007 a 2011, responsable para la pastoral en las villas de emergencia; de 2012 a 2017, vicario episcopal para las villas de emergencia; desde 2011, miembro del Consejo Presbiteral; y de 2012 a 2014, decano del Decanato 20 Soldati.
Actualmente, además de vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires, ese venía desempeñando como vicario episcopal para la Pastoral de Villas y vicario episcopal de Educación de la arquidiócesis porteña.
La arquidiócesis cuenta con 77 parroquias, 137 sacerdotes (124 diocesanos y 13 religiosos), 7 diáconos permanentes, 84 seminaristas mayores, 43 religiosos, 350 religiosas y 192 centros educativos de la Iglesia.
Fuente: Clarín y VR