El Papa Francisco reanudó sus audiencias generales semanales este miércoles, después de su descanso anual de verano, y dedicó la catequesis de esta semana a su viaje apostólico a Canadá, recientemente concluido. La Audiencia se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano debido al intenso calor del verano en la capital italiana.
Durante su catequesis, el Papa recordó su 'peregrinación penitencial' al país norteamericano, enfocada en la sanación y reconciliación con los pueblos indígenas de la nación, que sufrieron intentos de borrar su cultura e identidad. En sus comentarios, Francisco recordó su tiempo en Edmonton, Quebec, y su parada en la ciudad ártica de Iqaluit, la capital del Territorio de Nunavut. El Santo Padre dijo que fue "una visita como ninguna otra".
“De hecho, la principal motivación fue encontrarme con los pueblos indígenas para expresarles mi cercanía y dolor, y pedirles perdón por el daño que les hicieron aquellos cristianos, entre ellos muchos católicos, que en el pasado colaboraron en la asimilación forzada y políticas de derecho al voto de los gobiernos de la época.”
En este sentido, explicó el pontífice, su viaje “se emprendió en Canadá para escribir una nueva página”, y seguir caminando juntos, siempre más cerca, con los pueblos indígenas. El Papa señaló cuán apropiado era el lema de 'Caminando juntos' para el Camino.
Muchos análisis, sugirió el Papa, "muestran que, por un lado, algunos hombres y mujeres de Iglesia han estado entre los defensores más decididos y valientes de la dignidad de los pueblos indígenas, defendiéndolos y contribuyendo al conocimiento de sus lenguas y culturas".
“Pero, por otro lado”, agregó, “desgraciadamente no han faltado quienes han participado en programas que hoy entendemos son inaceptables y contrarios al Evangelio”. En este sentido, reiteró, esta visita fue penitencial, y aunque hubo muchos momentos de alegría, “el sentido y tono del conjunto fue de reflexión, de arrepentimiento y de reconciliación”.
En Edmonton, dijo, hubo un recuerdo honesto y doloroso del pasado, que continuó en Quebec con "una súplica" de reconciliación nacida de la esperanza en la redención ganada para nosotros por la cruz de Cristo, y concluyó, en Iqaluit, "con confianza confiada en la curación hecha posible por el poder del Señor resucitado para hacer nuevas todas las cosas".
El deseo de la Iglesia, expresó el Santo Padre, al reconocer explícitamente los errores del pasado, es "rechazar la mentalidad de colonización", "valorar y promover las culturas indígenas" y "trabajar por un futuro marcado por una sólida y equilibrada armonía entre la modernidad y las culturas ancestrales, la secularización y los valores espirituales, al servicio de la justicia y de la auténtica fraternidad humana”.
Fuente: Vatican News