Sábado 30.09.2023

MUSULMANES

El régimen para adelgazar que casi evita una guerra

Por: Ricardo Elía

Un califa musulmán se propuso ayudar a un rey cristiano a bajar de peso con la condición de pactar la paz.
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El médico, químico y filósofo musulmán persa al-Razi (865-925) aconsejaba: “Si puedes curar al paciente valiéndote de una dieta, no recurras a los medicamentos”. Mediante este tipo de tratamiento se curó en la Córdoba califal la obesidad mórbida del rey cristiano Sancho I, rey de León en 956-958 y 960-966, llamado indistintamente ‘El Craso’ o ‘El Gordo’, que era hijo de Ramiro II y de su segunda esposa, la reina Urraca Sánchez.

Sancho I (935-966) subió al trono a la muerte de Ordoño III, pero su pasión excesiva por la comida de todo tipo lo convirtieron pronto en un rey gordo e inútil. Llegó a pesar 240 kilos. Era tan obeso que no podía montar a caballo y se le transportaba en un carro. Y según dicen, tuvieron que ensanchar algunas puertas de su castillo para que pudiera pasar. Debido a su enfermedad, no solo fue objeto de burlas sino que perdió su reino a manos de Ordoño IV el Malo (935-962) y se vio obligado a refugiarse en el reino de Pamplona, al amparo de su abuela Toda Aznárez (876-958), una reina vasca católica.

Toda estaba emparentada con el soberano musulmán Abd al-Rahmán III (891-961) y de qué manera: la bisabuela, abuela, madre, esposa y nuera del primer califa omeya de Córdoba era vascas. Por eso, Abd al-Rahmán era pelirrojo y su piel era blanca como la leche. La reina Toda le solicitó a su sobrino Abd al-Rahmán que la ayudara a tratar la obesidad de su nieto Sancho. La consigna de Sancho era: “¡Mi Reino por un Régimen para adelgazar!”

El califa, con la generosidad que lo caracterizaba, lo recibió en Córdoba con todos los honores y lo entregó al cuidado de su médico personal y hombre de mayor confianza: el judío jiennense Hasdai Ibn Shaprut (915- 975), que era además el canciller del califato. Eso sí, se realizó un pacto de honor por el que Sancho se comprometía a no atacar a partir de ese momento el califato de Córdoba ni formar parte de una coalición en su contra.

Hasdai Ibn Shaprut, con la colaboración del joven médico y cirujano Abulcasis (936-1013), aplicó a Sancho un tratamiento dietético y de ejercicios muy intensivo en el complejo palatino de Medina Azahara (la Ciudad Resplandeciente), a 8 kilómetros al noroeste de Córdoba, y así, prontamente, Sancho se convirtió en un ágil y valiente caballero que, de nuevo con la ayuda de Abd al-Rahmán, y un ejército combinado musulmán-pamplonés al mando del general Gálib Abu Tammam al-Násiri (m. 981), derrotó y capturó al usurpador Ordoño IV y reconquistó el trono de León.

Empero, lo pactado por Sancho con los musulmanes no fue cumplido. Poco tiempo después, el remozado rey de León se unió con Fernán González (910-970), conde de Castilla, y Borrell II (927-992) y Mirón I (m. 966), condes de Barcelona, en una expedición militar contra el califato cordobés. Sancho terminó mal: fue asesinado con una manzana envenenada suministrada por el conde galaicoportugués Gonzalo Méndez (925-997).

Más allá de la ingratitud del rey leonés, la experiencia sirvió para Abulcasis que la expuso en una sección de su manual de medicina Kitab al-Tasrif (Libro de la práctica médica), tratado redactado a lo largo de 50 años y compuesto por treinta volúmenes, con el título de “La obesidad mórbida”

Vale mencionar que Abulcasis fue el más brillante cirujano de la historia del Islam. En su manual describe doscientos instrumentos quirúrgicos, muchos de ellos desarrollados por él mismo. Se considera a Abulcasis el precursor de la cirugía endoscópica, por usar espéculos para reflejar la luz en el interior de la vagina, permitiéndole cauterizar las verrugas del cuello uterino. Además de operar cataratas, Abulcasis identificó las características de la hemofilia por primera vez. Operaba utilizando la “esponja soporífera”, empapada de una mezcla líquida que incluía opio, mandrágora, beleño, hiedra y euforbio, y que se aplicaba a la nariz del paciente hasta que se dormía.

Por su parte, Hasdai Ibn Shaprut que era políglota, tradujo del griego al árabe la “Materia médica”, un tratado de farmacología vigente hasta el siglo XVII que había sido compuesto por el griego Dioscórides de Anazarbo (nacido cerca de Tarso, Cilicia, hoy Turquía), que vivió en el siglo I d. C., considerado el primer botánico médico científico.