Existe en el Islam un principio general que afirma que lo que es bueno para uno lo es para el otro. Como es de esperarse, este principio encuentra su mayor expresión en la familia musulmana, el núcleo de la sociedad. Pero en especial en la obediencia que deben tener los niños para con sus padres, que no termina en la etapa de la infancia sino que en realidad está extendida a todos los mayores de la comunidad. La piedad y preocupación de los padres para con sus hijos y el respeto de éstos hacia sus padres, se despliega hacia todos los jóvenes y adultos. El Profeta Muhammad dijo: “Él que no muestra compasión por los jóvenes, ni honra a los mayores, no es de los nuestros.” Y también expresó: “ninguno de ustedes completa su fe hasta amar por su hermano (creyente), lo que ama por sí mismo.”