OPINION - AUTOR: DANIEL GOLDMAN

El resurgir del idioma hebreo

Por: Daniel Goldman

Los judíos habían perdido su lenguaje nacional. Pero la perseverancia de un lituano lo reflotó.
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A partir de los exilios de la época antigua, los judíos fueron perdiendo su lenguaje nacional, el hebreo, que durante siglos solo se utilizó para el rezo y el estudio de los textos sagrados. Así, los israelitas fueron creando lenguajes en cada uno de los lugares donde habitaron. El idish, usado por los judíos de la Europa oriental y el ladino, por los que habitaron la península ibérica.
Pero el pueblo judío le debe el renacimiento de la lengua hebrea a Eliezer Ben Yehuda. Nació en 1858 en Lituania. Sus padres tenían aspiraciones de que el joven se ordenase rabino y, con ese fin, lo enviaron a un seminario. Mientras tanto, Eliezer demostró vocación por las ciencias y abandonando su formación religiosa decidió estudiar medicina en la Sorbona, París. Allí supo, por algunos viajeros, que para los judíos del continente asiático el hebreo no era una lengua del todo desaparecida. Fue entonces que en Francia, aprovechó para matricularse en la Escuela de Profesores de la Alliance Israelite Universelle. Esta experiencia lo convenció a pensar que era posible hacer resurgir y revitalizar el idioma bíblico.
Consciente de que la gran mayoría de los judíos que vivían en Jerusalén hablaban el idish, el francés y el árabe se dispuso a revolucionar el lenguaje. Sin concluir la carrera de medicina, decidió emigrar a Tierra Santa, que entonces estaba bajo el Imperio Otomano, se estableció en Jerusalén y trabajó como docente comenzando a enseñar el antiguo idioma. 
Como dato simpático, Ben Yehuda crió a su hijo, Ben Zion íntegramente en hebreo. Para conseguir su objetivo,  lo aisló durante toda su infancia para evitar que estuviera expuesto a cualquier otra lengua o a la influencia de personas que no conocieran este idioma. Por lo tanto, Ben Zion fue el primer niño criado en el hebreo moderno.