En 1898, a poco tiempo de iniciada la gran inmigración judía a la Argentina, ve la luz Viderkol (El Eco), el primer periódico judío publica - do en el país. Esta efímera publicación semanal escrita en ídish, idioma utilizado por los judíos de Europa Oriental, fue el puntapié inicial de una larga y rica tradición de prensa judía argentina que llega hasta el presente. En efecto, a más de un siglo de esa primera aventura impresa, los numerosos editores, linotipistas, periodistas y escritores que llegaron con la experiencia de sus lugares de origen o se formaron en las redacciones e imprentas del país, dieron lugar a más de 300 publicaciones periódicas, que sorprenden por la variedad de formatos, frecuencias, te - mas, lenguas e ideologías.
En estos diarios y revistas podemos recorrer la densidad cultural del mundo ídish, el progresivo despliegue y consolidación del castellano como lengua de expresión de los judíos argentinos, así como manifestaciones en hebreo e, incluso, una publicación en árabe. Podemos también descubrir los estrechos vínculos con otros polos de la vida judía tales como Varsovia, Nueva York, Tel Aviv y Jerusalén, y las intensas polémicas entre sionistas, comunistas, socialistas
y anarquistas. Observamos en esas hojas el interés por edificar y sostener cooperativas, escuelas, bibliotecas e instituciones sociales y políticas que aglutinaran y dieran forma a la vida judía. Del mismo modo encontramos descripta la lucha contra el antisemitismo, tanto aquí como en Europa, la an - gustia ante las noticias de la situación de los judíos bajo el yugo nazi, y, posteriormente, las formasde recordación de las víctimas del Holocausto. Un capítulo imprescindible que conservan estas páginas fue la singular experiencia de la colonización agrícola judía que se extendió por las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y Santiago del Estero. Del mismo modo, cabe mencionar publicaciones tales como Judaica, Davar, Comentario, R-aí ces y Nueva Presencia, entre otras, que, sin perder su especificidad judía, procuraron participar activamente de la vida cultural y política general del país. Muchos de los hoy consagrados escritores, como Bernardo E. Koremblit y Santiago Kovadloff, se iniciaron o pasaron por estos periódicos y revistas. Esta densa actividad periodística situó a la Argentina como uno de los centros de la prensa judía en el mundo durante gran parte del siglo XX.
Afortunadamente, Buenos Aires cuenta hoy con excelentes archivos que preservan este invalorable acervo y lo ponen a disposición del cada vez mayor número de jóvenes investigadores interesados en estudiar la historia judía argentina. Alejandro Dujovne Univ. Libre de Estudios Judaicos