Análisis

El rol clave de Gladys

Por: Sergio Rubin

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Pasaron casi 33 años desde las primeras apariciones y mensajes a Gladys Motta, la humilde nicoleña, que se le atribuyen a la Virgen María. Significan apenas un instante en la vida de la Iglesia. Y poco tiempo en relación con el que se suele tomar la institución para pronunciarse sobre este tipo de fenómenos. Pero todo confluyó para que se llegara a un final feliz: la declaración de los testigos directos o indirectos de las apariciones, el estudio de los peritos sobre los mensajes y el profundo fervor que se desató. Sin embargo, todos coinciden en la Iglesia en que sin la discreción de Gladys seguramente el camino hacia el reconocimiento hubiera sido, cuanto menos, más arduo y lento. Pero ella no se colocó como protagonista, pese a que le gente la abrumó –y abruma– dejando mensajes en la entrada de su casa. Prefirió que la protagonista sea la Virgen.