JUDAISMO - AUTOR: TZVI BAR ITZJAK

El valor del deporte

Su práctica, no sólo desarrolla la mente y el cuerpo sino que también permite interactuar y relacionarse con otras congregaciones y cultos.
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Aunque se han tomado del Talmud las palabras Iehuda ben Teima “Sé fuerte como el leopardo, veloz como el águila, ágil como la gacela, valiente como el león, para realizar la voluntad de nuestro Padre Celestial”, como una fuente reconocida para legitimar la idea de la preparación física como un
atributo para venerar y reverenciar a lo Divino; desde una perspectiva histórica, algunos pueden decir que no ha habido una gran afinidad entre los judíos y el deporte. Y cuando me refiero al deporte, no lo hago desde un lugar de reconocimiento de lo lúdico, sino en relación al concepto hedonista del desarrollo de la belleza corporal.
La imagen clásica del judío está vinculada con el individuo dedicado a la tarea intelectual. Si bien es una imagen estereotipada, y el texto bíblico hace referencia a la idea del cuidado de nuestra unidad cuerpo-alma, probablemente se ligaba lo deportivo con una práctica idolátrica, es decir con un modo 
de adorar a una deidad que no era el Dios de la Biblia hebrea. Por lo tanto, participar de los deportes promovidos por la cultura romana o griega, era en cierta medida reconocer, aceptar y adorar a Zeus y Apolo. Sin embargo, otros documentos presentan a los judíos como practicantes de diversas disciplinas deportivas.
La investigación realizada por el Dr. Juan C. Fernández sobre la vida hebrea en la Península Ibérica,  da cuenta de la práctica popularde deportes en comunidad, tales como pelota, tiro al arco, carreras, danza y esgrima. Además de la recomendación de la educación física por parte de rabíes  destacados de la época. Dando otro salto histórico, en el Siglo XX, el Movimiento Judío Reformista enfatiza en sus responsas rabínicas la necesidad 
del desarrollo del deporte, no solo con el objeto de desarrollar la mente y el cuerpo, sino también  como una manera de poder interactuar y beneficiarse  rupalmente, relacionándose con otras congregaciones y cultos. El reconocido rabino Marshall Meyer, durante los campamentos de la Comunidad Bet El hacía hincapié en esta filosofía. Actualmente en nuestro país, y como iniciativa de la Secretaría de Culto de la Nación, se realizan jornadas y torneos de  integración  deportiva con el objeto de que los alumnos de las escuelas confesionales puedan conocerse,  conformando un mosaico pluralista de convivencia.