Miércoles 22.03.2023

POLEMICA

¿Es posible llevar el diablo en el cuerpo?

Por: P. Ignacio Pérez del Viso

En la Iglesia conviven dos posiciones. Están los que creen en la necesidad de practicar exorcismos. Y aquellos que llaman simplemente a rezar por quienes creen estar poseídos por el demonio.
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Cuando el papa Francisco rezó por un joven en silla de ruedas, se dijo que había realizado un exorcismo. El Vaticano aclaró que el Santo Padre no había tenido intención de practicar ese rito, pero la polémica continuó. Según un experto, no hizo el rito formal pero, de hecho, Francisco liberó a ese joven del mal que lo aquejaba.
Leer el Evangelio
En tiempos de Jesús, el que padecía epilepsia era un endemoniado. En una ocasión, el Señor liberó a un sujeto que vivía desnudo en los sepulcros (Lc 8,27), poseído por muchos demonios. Estos le suplicaron que les permitiera entrar en los cerdos que había allí. El lo permitió. La piara se precipitó al lago y se ahogaron. Los cerdos eran animales impuros y no se podía comer su carne. De este modo, el lugar quedó purificado, según la mentalidad de la época, sin demonios y sin cerdos. En otra ocasión Jesús curó a un endemoniado que no había podido ser liberado por sus discípulos (Mc 9,14). Y explicó: “Esta clase de  demonios se expulsa sólo con la oración y el ayuno” (con Mt 17, 21). Como un eco del Evangelio me llega la exclamación del papa Francisco: “Cómo quisiera una Iglesia pobre, para los pobres”. Una Iglesia pobre requiere el ayuno. Para los pobres, exige la oración que nos contagia con la ternura de Dios. Sin ternura, los demonios se despiertan.
Tradiciones en la Iglesia
Se distinguen tres grados de agresividad satánica: 1) La tentación, que padecemos todos, aunque no es necesario atribuir al demonio latentación de comer golosinas. 2) El acoso, que padecieron algunos santos, como el Cura de Ars. La casa parroquial temblaba, algunas noches, con sonidos espantosos. Los fieles se asustaban, pero el santo sonreía. 3) La posesión diabólica, de la que se dan diversas explicaciones. Como parece imposible que Dios permita que el demonio se apodere de una persona libre, algunos hablan de posesión “parcial”. El paciente no quedaría en “estado vegetativo” (o animal) sino sólo con alteraciones en su comportamiento. La Iglesia autoriza, con mucha cautela, que algún sacerdote realice exorcismos. Hay gente que los necesita para tranquilidad de su espíritu. El Canon 1172 precisa que la licencia para realizar exorcismos la concederá el obispo  solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”.
En este tema, como en tantos otros ha habido una evolución en la Iglesia, como en el de los milagros para las canonizaciones. Pero vemos curaciones “milagrosas”, al margen de la Iglesia, como el de la beba considerada muerta por los médicos, que estuvo doce horas en la morgue, en una caja clavada, al interior de la heladera, y al sacarla encontraron que se movía, con escarcha encima. Lleva un año de vida. Pienso que algún día se suprimirá
la condición del milagro para canonizar a alguien. ¿Qué importancia tiene que haya realizado uno la Madre Teresa de Calcuta?
Ayudar a los afligidos
En el caso de los exorcismos hay dos posiciones en la Iglesia, una más tradicional, de los que creen en la necesidad de practicar exorcismos, otra, de los que ven la necesidad de  rezar por esas personas, pero no hablan de endemoniados sino de enfermos. Es mucha la gente que cree en brujerías, comunicación con los espíritus, movimientos de objetos. En vez de pelearnos los de ambas posiciones, sumemos esfuerzos para ayudar a los af ligidos,
mientras en la Iglesia se continúa investigando el tema. Las mamás calman a sus bebés
con caricias. Son las mejores exorcistas. Y el papa Francisco es el gran exorcista, cuando nos recuerda la ternura de Dios. * Sacerdote jesuita y profesor de Teología