Sergio Rubin
En Argentina, estudiar en un colegio católico no acrecienta la fe del alumno, pero tampoco la perjudica. Aunque sólo seis de cada diez que va a un establecimiento de esa confesión religiosa se declara católico y el resto pertenece a otra religión o a ninguna. Esta es una de las principales conclusiones desde la perspectiva religiosa de una inédita encuesta que la Iglesia católica a través de sus diversas organizaciones educativas realizó a nivel nacional y que abarcó a más de nueve mil adolescentes de los últimos años de la escuela media.
La encuesta arrojó que seis de cada diez refieren que la escuela “poco” y “nada” les ayudó a crecer en su fe y también que seis de cada diez refieren que la catequesis “poco” y “nada” les ayudó a crecer en su fe y la mitad manifiesta que sus catequistas no los ayudaron a crecer en su fe. “Lo religioso queda relegado a la vida privada, sin un registro subjetivo de lo institucional y su influencia en las creencias religiosas”, apunta el secretario ejecutivo de la comisión de Educación del Episcopado, el sacerdote Juan Manuel Ribeiro.
“Sin embargo -añade el padre Ribeiro, que coordinó la encuesta en su calidad de sociólogo- , siete de cada diez mencionan que fue ‘buena’ o `muy buena’ la catequesis, lo que permite inferir que no existe una animadversión a la asignatura en sí, siendo considerado un espacio ‘bueno’ o ‘muy bueno’, inclusive con condimentos humanísticos que pueden ser valorados por los alumnos, pero que no tienen injerencia vital en su crecimiento en la fe”.
En ese sentido, dice que “muchas veces hemos hablado acerca del fracaso de la educación católica o también hemos escuchado que quienes asistieron a escuelas católicas o los jóvenes que terminan su trayectoria escolar en colegios católicos no tienen fe, pero la encuesta arrojó resultados que reflejan lo contrario: que la escuela católica no influiría negativamente en las creencias de los jóvenes, aunque tampoco lograría incidir positivamente”.
A partir del relevamiento del CONICET de 2019 de que quienes han bautizado o bautizarán a sus hijos, que se mantiene alta, en un 87,3%, con una muy leve disminución respecto del porcentaje de los bautizados, la encuesta revela que cuatro de cada diez estudiantes asistieron al templo al menos alguna vez y dos de cada diez participaron de algún tipo de peregrinación a un santuario.
Pareciera haber poca incidencia vital de las creencias religiosas. Cinco de cada diez estudiantes se consideran “poco religiosos” y casi la mitad de los estudiantes creen “bastante” y “mucho” en varias verdades de fe. Dios, Jesús, la Virgen María y en cuanto a la significatividad vital de la fe en Dios, la oración, Jesús, la Virgen María y los santos, los indicadores “poco” y “nada” tienen una gran relevancia.
El 65% afirma haber participado en actividades solidarias, con una fuerte prevalencia de Cáritas. Casi la mitad refieren que dichas actividades los ayudaron a crecer en su fe, pero sólo el 15% de los alumnos en el último año se confesó. En tanto que el 44% dice tener un referente religioso para su vida, siendo la persona de la abuela la que posee mayor incidencia, la madre y la familia en menor medida.
La práctica religiosa que más se lleva adelante es la oración personal, casi el 90% de los encuestados. La lectura de la Biblia pocas veces: el último año con casi un 30%. Mientras que para casi el 38% de los respondentes el matrimonio cristiano es muy importante. El porcentaje es algo menor en los jóvenes encuestados, pero podría resultar lógico por la etapa vital.
El 45% de los alumnos valora la vida desde la concepción hasta su fin natural. Y en cuanto a la vocación sacerdotal, ligeramente solo lo consideró el 10% de los encuestados, lo que implica un número importante teniendo en cuenta la ausencia de una cultura vocacional.
En cuanto a la posibilidad de pedirle algo al Papa Francisco, la enorme mayoría expresa “nada”. Radicalmente distintos a las encuestas que hacían la misma pregunta entre los años 2013 y 2015. Hoy la figura del Papa parece resultar lejana para la mayoría de los jóvenes.
La mitad de los jóvenes manifiestan que no serían escuchados por la autoridad de la Iglesia si tuvieran la oportunidad de tener un coloquio. La familia y el futuro personal resultan las principales preocupaciones de los jóvenes.
Más de la mitad de los jóvenes encuestados -ocho de cada diez tenían entre 16 y 18 años- fueron alumnos desde nivel inicial en la escuela católica. Por lo cual, existe permanencia de entre 14 y 15 años en la escuela.
La encuesta fue realizada el año pasado en el marco del proceso de renovación de los “Lineamientos curriculares para la catequesis en la escuela” publicados por la Comisión Episcopal de Catequesis en 1997.
Participaron la Comisión Episcopal de Catequesis, Animación y Pastoral Bíblica, la Comisión Episcopal de Educación -representada por el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec)- y la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (FAERA).
Fuente: VR