Martes 08.10.2024

Un pontífice que sorprende

Francisco, el personaje del año

Por: Ricardo Ríos

Así lo consideran medios y redes sociales de todo el mundo. Seis personalidades dan su opinión sobre el perfil de un Papa que conquista con su sencillez y su vocación reformista.
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De las tantas anécdotas que hoy circulan sobre el Papa, hay una que entra de cabeza al rubro premoniciones. Fue contada hace poco en un acto en el Centro Televisivo Vaticano: días antes de viajar a Roma para el cónclave que lo consagraría, el entonces cardenal argentino Jorge Bergoglio, andaba entusiasmado por ver la comedia dramática “Habemus Papam”, un filme italiano de 2011, que unos amigos le habían regalado.
Pero entre los preparativos del viaje y sus muchas ocupaciones, el cardenal que soñaba con un Papa que ayudara a la Iglesia “a salir de sí hacia las periferias existenciales”, dejaría el cine para su  vuelta, pensó. Cuesta creer que se le pudiera pasar por la cabeza otra cosa; como que él, el “padre Jorge”, un religioso con prestigio pero jubilado, resultaría elegido protagonista de una historia de película.
Una historia con poco más de nueve meses que lo posicionó como el personaje del año para distintos medios y redes sociales del planeta. Pero a fuerza de producir decenas de hechos desde aquel miércoles 13 de marzo, cuando fue elegido, Francisco parece haber logrado algo más: asegurarse su nombre entre los de aquellos  íderes religiosos y sociales llamados a dejar una huella en este siglo.
Primer Papa latinoamericano, el primer jesuita, el primero no europeo desde la muerte del sirio Gregorio III en 741. Así presentaba la prensa internacional a Francisco (también el primero en llamarse así) en las horas iniciales de su papado. Eran -son- señalamientos rigurosamente ciertos, pero en verdad maquillaban también el desconocimiento  generalizado que había sobre los rasgos humanos y políticos del nuevo Papa.
Ahora se destaca la austeridad de sus actos, su vocación reformista, y ante todo su capacidad para que miles de fieles que se habían alejado espantados de la Iglesia (léase casos de corrupción, pedofilia, etc.) se reconciliaran con la religión. La revista Time lo  proyectó a su tapa (una especie de Everest periodístico) como el hombre de 2013. “Es la nueva voz de la conciencia”, señaló la publicación estadounidense. Facebook y Twitter dicen que el Papa fue la persona que más comentarios inspiró este año entre sus usuarios.
¿Habrá que concluir que los cardenales electores vieron en Begoglio al hombre que necesitaba la Iglesia para “reinventarse”?
“Personalmente me gusta pensar que el que movió los hilos fue el Espíritu Santo, y que esta vez los electores se dejaron iluminar. Francisco tiene un oído en el Evangelio, de donde saca la doctrina, y otro oído en el pueblo, de donde saca las preguntas que hay que responder. Es profundamente religioso, sin ser ingenuo.
Es sencillo y claro para hablar. Y es amplio y afectuoso para recibir, compartir, y demostrar respeto por los demás”. Esto dijo a VR al dar su impresión el monje Mamerto Menapace, una de las plumas más lúcidas de la Iglesia argentina. Alumno con bajas calificaciones en la materia protocolo, Bergoglio despojó de pompa a rituales y costumbres vaticanas que parecían intocables. Sacó de circulación la butaca dorada y roja clásica de los pontífices para usar una de madera. Se fue a vivir a la Casa Santa Marta “como un cura más”, dejando vacíos los aposentos del fastuoso Palacio Apostólico. No a los autos de alta gama con vidrios antibalas, sí a una “renoleta” con las ventanillas bajas. No al calzado rojo, sí a los zapatones negros.
de reconocida militancia social, la hermana Martha Pelloni lo ve así: “Son los rasgos de alguien que viene a cambiar a la Iglesia, pero también a producir una transformación social. Porque Francisco trae el mensaje de un Jesús vivo, con una enorme capacidad de humanización, a favor de la tolerancia y de la no discriminación”. Asombra que un Papa hable de llevar adelante una reforma de la Iglesia “a todo nivel” para extirpar de ella la corrupción. Pero más sorprende que tome las medidas para llevarla adelante.
“Francisco dice que el poder es un acto de servicio. Su servicio es combatir a las mafias del Vaticano, rompiédoles los códigos de omertá ... Dictando medidas disciplinarias a quienes se enriquecieron con el Banco Vaticano o cometieron delitos sexuales”. Lo afirma Gustavo Vera, titular de La Alameda, una ONG dedicada a combatir la trata de personas y el narcotráfico. Otra oportunidad de verificar drásticos cambios en la Iglesia se presentaría en el Sínodo de obispos sobre familia que se realizará en octubre de 2014. El temario será espinoso: parejas “de hecho”, uniones entre personas del mismo sexo y la adopción de hijos, matrimonios interreligiosos, “alquiler de vientres”.Frente a los nuevos desafíos, habrá que ver cómo se planta Francisco, a quien algunos le adjudican el mérito de haber parado una hipotética Tercera Guerra Mundial en septiembre, cuando llamó a una jornada mundial de ayuno y oración por la paz en Siria, justo mientras EE.UU. amenazaba invadir ese país.
“El mundo necesitaba un padre amoroso como Francisco”, señala Canela (Gigliola Zecchin), popular periodista cultural y conductora de TV. “Gracias a Francisco me reconcilié con la Iglesia, que necesitaba un hombre como él, alguien que habla de perdón, de amor, y que lo hace con la autoridad que  le confiere su propia vida”.
En la misma línea, desde Milán, Javier Zanetti, jugador  istórico del Inter y de la Selección argentina apunta: “Es una persona simple, con un corazón enorme”. Duras críticas al dinero, gestos de piedad con gente enferma, consuelo a los pobres, cercanía con líderes religiosos de otros cultos, configuraron la marca del carismático Papa en 2013. Pero fue en julio, en Brasil, donde detuvo los relojes: por el imán que tuvo para movilizar multitudes y por su llamado a los jóvenes a “hacer lío”. Autor de “Canción con todos”, el folclorista César Isella, que en una visita regaló su guitarra al Papa, lo pinta como un hombre maravilloso: “Tiene los pies sobre la tierra y un amor inmenso por sus feligreses y por los que no lo son, encendiendo con sus verdades la luz de la fe, predicando con su ejemplo”.