Con el lema "No dejar a nadie atrás", el Instituto Patrístico Agustinianum organiza del 23 al 24 de enero el segundo simposio sobre la Enfermedad de Hansen, más conocida como lepra. En su mensaje a los participantes, Francisco les agradece su compromiso con las personas que padecen la enfermedad, a menudo olvidadas y descartadas por la sociedad.
“Son como el buen samaritano que se inclina para curar a los más débiles y devolverles los derechos y la dignidad que les han sido negados”, elogia, mientras advierte: “Lo que debería preocuparnos, hoy más que entonces, es que no solo se olvide la enfermedad, sino también a las personas”.
Francisco puntualiza que la lepra es una de las enfermedades más antiguas de la historia de la humanidad. “El estigma asociado a la lepra sigue causando graves violaciones de los derechos humanos en diversas partes del mundo”, denuncia.
El obispo de Roma invita a aprovechar el Día Mundial de la Lepra como instancia oportuna para “denunciar y tratar de corregir las discriminaciones que provocan” y “renovar nuestro compromiso de construir una sociedad integradora que no deje a nadie al margen”.
También enfatiza que es preciosa su contribución, así como el estímulo y la ayuda que brindan a las Iglesias locales, “para que estén al lado de los descartados y sepan acompañar activamente los procesos de inclusión y desarrollo humano integral”.
El sucesor de Pedro llama a cuestionarnos sobre la manera de ayudar a las personas afectadas por la lepra, “tratándolas plenamente como personas, reconociéndolas como protagonistas principales en su lucha por participar en los derechos humanos fundamentales y vivir como miembros de pleno derecho de la comunidad”.
Para finalizar, llama a trabajar para “que todos experimenten que Jesús vino para que todo hombre y toda mujer tengan vida y la tengan en abundancia” (cf. Jn 10, 10).
Fuente: RD