Da la impresión que es una pregunta que no tiene que ver con las tradiciones religiosas. Pero ¿hay una respuesta judía al consumo del cigarrillo? ¿Está permitido el uso de tabaco?
En el judaísmo, la salud es una inquietud espiritual. Maimónides señala que una mente sana requiere un cuerpo sano, y por esta razón, es una obligación religiosa cuidar la salud. Tomando en cuenta este pensamiento, las preocupaciones acerca del acto de fumar y su incidencia en la salud pueden observarse en los enfoques judíos basados en la Halajá o ley judía. Por ejemplo, el rabino Aarón Kotler dictaminó que el tabaquismo es una trasgresión bíblica y que fumar es un “mal hábito”. Otro ejemplo es el del rabino Moshe Feinstein, una de las grandes autoridades del siglo XX en materia de legislación, quien en una primera etapa declaró que estaba permitido, pero era desaconsejable. Luego pasó a afirmar que estaría prohibido. La literatura religiosa muestra que los estudiantes rabínicos fumaban en las sinagogas (obviamente no en los días de shabat y festividades, ya que no se puede encender fuego en esas jornadas). En los finales del siglo XIX algunos rabinos intentaron prohibir el tabaco y su uso en los lugares de culto colocando letreros de aviso y, aunque fumar era muy frecuente en los Seminarios, las restricciones rabínicas han dado lugar a una disminución importante en el consumo de cigarrillos en Israel y en EE. UU. Paralelamente a las campañas masivas que restringen el uso de tabaco en los locales públicos, el mismo rabino Feinstein falló en contra de fumar en lugares cerrados, basándose en la idea ecológica de contaminación. En los últimos tiempos, otras autoridades rabínicas lo prohibieron bajo el argumento bíblico de “cuidarás tu alma”, pues fumar implica autolesionarse. Diversas responsas rabínicas prohibiendo el consumo de cigarrillos han sido emitidas por varios ortodoxos como Waldenberg y Hayim David Halevi, el reformista Salomón Freehof, y también rabinos conservadores. Finalmente, el 30 de junio de 2006, el Comité de Ley del Consejo Rabínico de América prohibió el consumo para los judíos.