Con risas y con llantos, más aún, con una enorme ilusión, los chicos y chicas de salita de 2 poblaban nuestros patios en el inicio de clases. Serán los egresados del 2025. ¿Cuántos años demorarán en asumir lugares de responsabilidad en nuestra sociedad? ¿Exagero si digo que la Argentina del 2050 ya está tomando forma en nuestras escuelas? La celebración del Bicentenario nos invita con la mayor intensidad de la que seamos capaces a poner el acento en el camino educativo de estos pequeños. Es una oportunidad también a “abrir puertas” a lo nuevo. A perder miedos. A una audacia creativa
que retenga lo mejor del camino recorrido y se anime a más que cambios cosméticos o discursivos. ¡Qué bueno sería hacer de la escuela ese espacio donde encontrar una nueva forma de habitar, donde lo humano recupere su esplendor! Es nuestra esperanza