Evangelicos

“La escuela laica no quiere decir cero Dios”

Por: Sergio Rubin

El presidente de la principal entidad evangélica del país, pastor Rubén Proietti, defendió la posibilidad de que los alumnos puedan orar en los recreos, siempre que no obliguen a otros ni hagan proselitismo.
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Una fuerte polémica se suscitó recientemente en la localidad de Plottier, cercana a la capital de Neuquén, a raíz de que una decena de alumnos bautistas de un colegio secundario del Estado -el Centro de Enseñanza Media 8- empezaran a rezar en conjunto en los recreos. Lo hicieron por iniciativa propia, sin que nadie los obligara a ello, como expresión de su propia fe, de su espíritu de unión y del valor de la oración.
Ello determinó que el director de la escuela les pidiera que desistieran de su actitud por entender que no correspondía hacerlo en una escuela laica. Como ellos persistieron, el directivo los suspendió por un día. En desacuerdo con el director, el Consejo Provincial de Educación decidió apartarlo del cargo, lo que provocó una enérgica reacción de solidaridad del grueso de la comunidad educativa con el directivo, apelando a la laicidad de la enseñanza, que derivó en su reposición.
El presidente de la principal organización evangélica del país, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), R ubén Proiett,i en diálogo con Valores Religiosos, admitió que la negativa a  que los alumnos recen en los recreos “le llamó mucho la atención porque vivimos en un marco de libertad
religiosa”. Si bien aclaró que no contaba con todos los elementos del caso, sostuvo que, en principio, nadie debería sentirse afectado por la actitud de esos chicos, en la medida en que “no obliguen a otros a orar o lo hagan por proselitismo”. Y consideró que un director “debe intervenir cuando se afecta la libertad del otro, y no para coartarla en situaciones personales”.
-¿Pero el hecho de que lo hicieran en grupo no trascendía lo personal?
-Habría que ver hasta dónde. Más allá de que sea una escuela del Estado, me pregunto si un recreo es libre o no. Si lo es y un puñado de chicos se pone de acuerdo para orar, no creo que sea algo improcedente. Ni que altere la vida del colegio. Por eso, y no sé si este es el caso, antes de aplicar una sanción, hay que estudiar bien las cosas y no dejarse llevar por el ímpetu inicial. 
-Sin embargo, el argumento que se esgrimió es que se afectaba la laicidad de la escuela pública …
 -De ninguna manera. Lo laico corre el peligro de ser confundido con cero Dios. Eso va contra la libertad y contra la realidad. No tengo por qué ir a una escuela laica y negar o tapar mi creencia. Por ese camino podemos terminar negando a Dios.
¿Y cómo vamos a negarlo si nuestra Constitución dice que es fuente de toda razón y justicia?
Otra cosa es que alguien nos quiera imponer creer en un Dios como él lo concibe. 
-¿Pudo haber gravitado la idea de que los evangélicos “están siempre haciendo proselitismo”? -Orar no es hacer proselitismo. No estaría bien que los alumnos se pusieran a proclamar la palabra de Dios a sus compañeros en el recreo. Ahora, prejuicio hacia los evangélicos puede haber. No nos olvidemos las enormes diferencias que tuvimos en el pasado con los católicos. A mí, de chico, me corrían en el barrio cuando  predicaba en las esquinas. Por suerte, todo eso fue superado. Y hoy oramos juntos. 
-En otros términos podría decirse que a algunos les preocupa el empeño misionero de ustedes … 
-¿Y eso está mal? Lo que pasa es que el Evangelio se vive. Y los evangélicos llevamos a Cristo en la piel. Pero lo nuestro no es quitarle fieles a las demás iglesias, sino predicar el Evangelio, como se ve en nuestros festivales y actos masivos. Eso no quita que haya algún fanático que rumbea para un lado que no corresponde, pero no debemos generalizar hechos puntuales.