El quinto y último de los cinco pilares del Islam, el hayy o peregrinación, es contemplado como un viaje hacia La Meca con la intención de participar en la más grande asamblea humana sobre la Tierra. Es un viaje sagrado desde lo terrenal hacia lo espiritual y es un recordatorio de que nos hallamos en un periplo en este mundo. La peregrinación es la sumisión completa y una oración universal, donde los creyentes abandonan sus indumentarias normales y visten ropas sencillas, hasta que todos los presentes se parezcan entre sí en piedad y humildad.
Esto se halla descrito excelentemente en las palabras que recitan los peregrinos (talbiya) mientras dan vueltas alrededor de la Kaaba que se encuentra en la Meca. “Dios ha instituido la Kaaba, la Casa Sagrada, como un pilar para los hombres …” (Sura al-Maida, 5:97) Labbayk, Allahumma labbayk; labbayka la sharika laka labbayk; inna’l-hamda wa’nni’mata laka wa’l-mulk, la sharika lak. (“Aquí estoy, Dios mío, aquí estoy a Tu servicio. Aquí estoy a Tu servicio.
Tú no tienes copartícipe. Seguramente, todas las alabanzas y la gratitud son para Ti, así como todo el dominio. Tú no tienes copartícipe”). “¡Oh Señor nuestro! ¡Danos lo bueno en esta vida y lo bueno en el Más Allá, y líbranos del castigo del fuego! ” (Sura al-Baqara, 2:201)
Cuando la Kaaba fue construida por segunda vez, después de Adán, por el profeta Abraham y su hijo Ismael, Dios ordenó a Abraham llamar a la humanidad a glorificarlo visitando Su Casa (Baytullah). Esta convocatoria incumbe a todos los musulmanes que pueden hacerlo al menos una vez en la vida.
Dijo Dios a Muhammad, su profeta: “No asocies a ningún copartícipe Conmigo de ningún modo, y mantén Mi Casa pura (de cualquier suciedad material y espiritual) para los que la circunvalan en la devoción, y los que estarán de pie en la oración, y los que se inclinarán abajo y se postran con la intención de venerar. Públicamente proclama el orden de peregrinación a todo el mundo, que vienen a ti a pie y montados en camellos f lacos, que provienen de cada punto remoto ...” (Sura al-Hayy, 22:26-27)
El hayy es un punto de inflexión en el desarrollo espiritual de los creyentes. Visitando la Kaaba, el primer lugar de devoción que se construyó por orden de Dios, un peregrino conoce a Adán, el padre de la humanidad; se regocija como un viajero cuando regresa a su hogar; atestigua qué cualidades terrenales
como la raza, la nobleza, la riqueza, el estatus, la belleza, la juventud no son más que títulos temporales que desaparecen.
El observará a la humanidad ensayando momentáneamente un episodio del Día de la Resurrección, cuando tendremos que responder a nuestro Señor por todo lo que hemos hecho en esta vida. Esta es la razón por la cual la Kaaba Suleyman Eris se convierte en «un elemento fijo y de mantenimiento» para la humanidad, la mayor parte de la cual adopta una vida aún más virtuosa después del hayy.
Existe, en la peregrinación, un repertorio de rituales que se realizan en la Meca y en ciertos precintos sagrados alrededor de ella, en las primeras dos semanas de Dhul-Hiyya (12º mes del calendario musulmán). * Del libro “Breve compendio del Islam, creencia y práctica”