Hace un par de años que el fenómeno de autoayuda hace desbordar las salas de la Feria del Libro. Desde el mediático Claudio María Domínguez, el evangélico Bernardo Stamateas, la chilena Pilar Sordo y en esta edición la gurú
australiana Isha, mostró una vez más la avidez del público en la búsqueda de un sentido más trascendente de la vida. Las editoriales católicas, sin embargo, aseguran que este año, a diferencia del anterior, la gente está más motivada a leer libros que hablen de espiritualidad religiosa. De eso da cuenta el sorprendente número de gente que compró la Biblia en sus diferentes formatos y estilos, tanto como obras sobre la vida de los santos. Aunque reconoce que se siguen vendiendo muy bien los clásicos de la editorial como “Los 5 minutos de Dios” y “Los 5 minutos del Espíritu Santo”, Alicia Sánchez, de Editorial Claretiana, afirma que “hay un público que busca una lectura más profunda y elige aquella que habla, por ejemplo, de la teología de género, del padre Víctor Manuel Fernández”. Para Sánchez, la elección pasa porque “en los tiempos que vivimos, la gente busca textos que representen un oxígeno espiritual en el camino
cotidiano”. En el stand de Editorial San Pablo, aseguran que tuvieron una venta importante de los libros de sanación del sacerdote carismático Gustavo Jamut y de la discografía instrumental para meditar de la Hermana Glenda, así como las ya tradicionales obras sobre el padre Pío y la Madre Teresa de Calcuta. También Agustín Sandoval, de Editorial Guadalupe, confirma la gran af luencia de público que se inclina por lo religioso. “Este año se vendieron muy bien ‘La Biblia católica para jóvenes’ y ‘Los mensajes de la Virgen de Guadalupe’, y entre las novedades de la editorial -agrega- el más vendido fue ‘Estoy a tu lado’, el último libro del monje alemán Anselm Grum”. Desde Paulinas, la religiosa Virginia Romero destaca el hecho de una vuelta a la espiritualidad más profunda, que no se evidenciaba el año pasado. “Tuvimos que reponer varias veces la Biblia y es sorprendente, además, cómo la gente se volcó a la vida de los santos como las Obras completas de San Agustín o de Santa Teresa”, apunta. En el pabellón amarillo se concentraron los stands de la Universidad Católica junto al de otras confesiones religiosas como la Casa del Islam, El libro árabe, la embajada de Israel y la AMIA. La UCA presentó más de 20 obras de docentes e investigadores de la universidad a través de sus editoriales EDUCA y El Derecho. A su vez, en el espacio de la mutual judía tuvieron mucho éxito las publicaciones sobre la Kabala. Las comunidades árabe e islámica también coincidieron en destacar la afluencia de público que requería libros de espiritualidad. En el stand del Centro Cultural Islámico Rey Fahd se brindaba información sobre la religión musulmana con libros de libre circulación y sobresalían las conocidas obras de Khalil Gibrán.
Además, muchos lectores que se interesaban en ejemplares que los ayudaran en la meditación recurrieron tanto a las editoriales cristianas, con su amplia bibliografía, como al de la iglesia budista, que además de textos, ofrecía CD’s de música instrumental.