Por: Daniel Goldman
Antes de despedirnos de 2014, me parece divertido repasar los orígenes religiosos de las vacaciones. Siendo que la costumbre de veranear se hizo popular entre la aristocracia francesa, cuando sus miembros comenzaron a desplazarse desde las urbes hacia la campiña durante el siglo XVIII, e incluso cuando la legislación sobre vacaciones pagas data del siglo XX, el concepto de sosiego tiene su fuente en el texto bíblico. El requisito de descanso surge del libro de Génesis cuando se hace referencia a que Dios “reposó” de la obra de la Creación en el séptimo día. También descansamos el sábado como recordatorio de la salida de Egipto, simbólico instante en el que la humanidad fue redimida de la esclavitud.
El descanso, emblema de una dignidad que no posee el esclavo, perpetúa el valor de la libertad y el concepto de que no debemos ser siervos de ningún hombre: el
descanso es reconocer el poder liberador de Dios. Aunque el Génesis no defina al “trabajo”, la misma deriva del libro de Éxodo y Levítico, cuando Moisés instruye
al pueblo a no hacer labores relativas a la construcción del Santuario. Reposar implica cesar toda actividad que modifique la naturaleza.
Ligado a las vacaciones, corresponde bucear un poco en la idea del turismo. Si bien, el turismo acorde a como lo conocemos hoy día, es un producto de la era industrial, el origen de la propia palabra proviene del cuarto libro de la Biblia, Números, en la historia que relata que Dios le ordena a Moisés enviar a 12 espías a
la Tierra Prometida para que observen cómo eran aquellos páramos y cómo se comportaba la gente que habitaba en ella.
El texto bíblico utiliza el verbo “la-tur” que significa observar, siendo que su segunda sílaba contiene la raíz del vocablo “TURismo”. En lo personal, no coincido con las corrientes religiosas que sostienen que todo está previsto en la Biblia, pero es evidente ue muchas costumbres actuales se aprenden de ella. Las vacaciones tienen
un origen religioso El requisito del “descanso” surge del libro de Génesis. Significa reconocer el poder de Dios. Daniel Goldman Rabino de la Comunidad Bet El