MUSULMANES

Los Balyan: la familia de alarifes que marcó la arquitectura armenia

Por: Ricardo Elía

Tres generaciones que dejaron su huella en mezquitas, iglesias, calles, palacios y grandes residencias.
Comparte

Los Balyan, una familia armenia procedente de la región de Kayseri, en la provincia central homónima de Anatolia (hoy Turquía), fue cuna de nueve arquitectos que consecutivamente dejaron sus huellas en muchos edificios del Estambul otomano y sus alrededores durante los siglos XVIII y XIX, con palacios, mezquitas, iglesias, mansiones, residencias frente al Bósforo, cuarteles, escuelas, hospitales, torres, fuentes, represas, quioscos y salas de teatro. Desarrollaron un estilo arquitectónico único combinando los estilos barroco e imperial de Europa con el estilo ornamental islámico otomano. Los Balyan tuvieron la habilidad de trasvasar su conocimiento y experiencia de una generación a otra.

Krikor Balyan (1764-1831)
Fue el primero en usar el apellido familiar y se convirtió en el arquitecto personal del sultán otomano Selim III (r. 1789- 1807). También fue reconocido y amado por su comunidad, elegido como nombre importante en la solución de disputas. También se preocupó por los pobres y fue generoso con sus empleados. La Mezquita de Nusretiye a orillas del Bósforo es su obra más conocida.

Garabet Balyan (1800 - 1866)
Hijo de Krikor, se convirtió en el principal arquitecto imperial de la corte otomana. El Palacio de Dolmabahçe, que construyó con su cuñado Ohannes y su hijo Nigoğayos entre 1842-1853, fue su obra más importante. A lo largo de sus treinta años de carrera, Garabet construyó siete palacios, cuatro fábricas, un cuartel, una mezquita, siete iglesias, dos hospitales, tres escuelas, dos vertederos, una fuente y un mausoleo junto con innumerables residencias. Su diseño de la mezquita de Ortaköy, construida entre 1853-1856, que hoy destaca en el panorama junto al primer puente colgante de Estambul (inaugurado en 1973), es una de sus más finas realizaciones.

Nigoğayos Balyan (1825 - 1858)
El primer hijo varón de Garabet, Nigoğayos, estudió en París y fue el estudiante favorito del famoso arquitecto Henri Labrouste (1801-1875), pionero en el empleo de estructuras de hierro. En su corta pero fructífera vida, completó muchos edificios. Diseñador del Palacio Çırağan (construido por sus hermanos Hagop y Sarkis entre 1863-1867), construyó el Pabellón Küçüksu (1857) y completó la Mezquita de Ortaköy en la orilla europea de Estambul.

Hagop Balyan (1837-1875)
Tercer hijo de Garabet, Hagop, se graduó también en París. Se convirtió en el arquitecto de la corte después de su padre. Su obra más famosa es el Palacio de Beylerbeyi (1865), que es una de las perlas del Bósforo con sus elegantes ornamentos y jardines. En 1869, su petición para tener una audiencia con la emperatriz francesa Eugenia de Montijo (1826-1920), esposa de Napoleón III, que permaneció en el palacio de Beylerbeyi durante su visita a Estambul en su ruta para inaugurar el Canal de Suez, fue aceptada y se le otorgaron numerosos obsequios.

Sarkis Balyan (1831-1899)
Segundo hijo de Garabet. Sus invenciones en la ingeniería le ganaron fama mundial. Fue autor de 50 obras
arquitectónicas. Como último arquitecto de la corte del Imperio Otomano, fue el más famoso de su familia y el primero en utilizar la técnica de trabajo colectivo. Se aseguró de que más de mil personas trabajaran en las obras de construcción de más de 50 edificios sin sacrificar la calidad, y cuidando que el nivel de bienestar de esos empleados fuese alto.

Simon Balyan (1846-1894)
El último hijo de Garabet. Fue un experto diseñador y creó las miniaturas de pared y techo para los edificios construidos por su padre y sus hermanos. Después de la muerte de su hermano Hagop, se convirtió en el arquitecto principal de la corte otomana. No muchos musulmanes y musulmanas que realizan sus oraciones en las mezquitas vecinas al Bósforo son conscientes de que algunas de estos lugares de asambleas y rezos fueron construidos por un armenio.

Junto con su contribución a la historia del arte turco, la familia Balyan es un buen ejemplo de que la igualdad de oportunidades fue proporcionada a diferentes clases sociales por los otomanos y de que aquellos que no pertenecían a la clase dominante también podían progresar por sus propios méritos.