Tras más de una década del veto que Arabia Saudí impuso a los musulmanes sirios para visitar La Meca, la normalización entre Damasco y Riad ha permitido este año su participación el "hach", la gran peregrinación al lugar más sagrado del islam, con la reanudación de vuelos directos entre ambos países y la entrega de permisos para realizar el viaje.
"No me lo podía creer, mis sentimientos fueron indescriptibles cuando me dijeron que estaba entre las personas aceptadas", dijo a EFE Um Omar, una ciudadana siria de 64 años que este año será una de las alrededor de 17.500 personas sirias que por fin podrán realizar el 'hach', la peregrinación ritual que constituye uno de los cinco pilares fundamentales del islam.
Desde principios de junio, más de 9.000 peregrinos ya han volado a Arabia Saudí desde zonas bajo el control del Gobierno sirio del presidente Bachar al Asad, repudiado por Riad y por el mundo árabe por la brutal represión de las protestas antigubernamentales en Siria de 2011.
Una de las consecuencias de este repudio, que sólo comenzó a deshacerse el año pasado, fue el veto saudí, país custodio de los lugares sagrados del islam, a la entrada de ciudadanos sirios, un castigo que en estos años ha excluido a miles de sirios, tanto residentes en Siria como opositores que huyeron a otros países.
Vuelos directos diarios
Los vuelos directos a Arabia Saudí desde territorio bajo control del Gobierno de Al Asad continuarán hasta mañana, 10 de junio, fletados por la aerolínea estatal Syrian Airlines y la privada Cham Wings, mientras que otros peregrinos podrán llegar a Arabia Saudí por tierra a través de Jordania.
Debido a la inmensa cantidad de solicitudes que las autoridades saudíes reciben anualmente para realizar el 'hach', que empieza oficialmente el 14 de junio, cada país tiene un cupo de fieles: 17.500 en el caso de Siria pese a las 53.000 solicitudes que se presentaron para este viaje.
El director general de la Autoridad de Aviación Civil siria, Basem Mansur, aseguró a EFE que los aeropuertos del país -algunos de ellos dañados debido a bombardeos israelíes en los últimos años- han sido habilitados para garantizar la seguridad y la salud de los peregrinos, la mayoría de los cuales son mayores de 60 años.
Reconciliación
"La relación entre Damasco y Riad se está desarrollando constantemente y es notable gracias a la ampliación del círculo de discusión y la participación en todos los niveles", dijo a EFE el embajador sirio en Arabia Saudí, Ayman Soussan.
Asimismo, calificó de "gran éxito" que se permita viajar a los fieles desde Siria, algo que según el diplomático, nombrado en 2023, es una muestra de las buenas relaciones entre ambos países.
En este sentido, anunció que una vez termine la gran peregrinación, habrá vuelos regulares "varias veces por semana" a las localidades saudíes de Yeda, Damam y Riad.
Altos costos
Pese a la ilusión generada, los sirios se enfrentan a uno de los principales obstáculos para realizar la gran peregrinación: unas elevadas tarifas que se sitúan a partir de los 5.000 dólares, que deben ser depositados en el banco Al Baraka de Damasco para poder transferirlos a una plataforma saudí para finalizar el procedimiento.
En Siria estas tasas se deben abonar en moneda extranjera pese a la prohibición del Gobierno sirio de realizar transacciones en otras divisas en un momento en el que la lira siria está tocando fondo.
El 'hach' es obligatorio para todo musulmán, siempre que se disponga de los recursos económicos necesarios y de un buen estado de salud.
"Me sentí muy decepcionada, después de una larga espera, por no tener estas grandes sumas de dinero para cumplir con la obligación religiosa", lamentó a EFE la peregrina siria Um Imad, de 67 años.
Sin embargo, para el fiel de 59 años Ali Arabsh, que ya se encuentra en La Meca para iniciar los rituales, el esfuerzo económico merece la pena puesto que acudir al lugar más sagrado del islam "te hace sentir humildad" y es además "una obligación para todo musulmán que se lo pueda permitir".
Fuente: EFE