Por: María Montero
Inglés y computación parecen ser las exigencias más comunes de muchos padres a la hora de elegir el colegio para sus hijos. ¿Cuánto cuenta en la elección la oferta de valores que brindan las
escuelas? Por otra parte, en esta época de inicio de clases, los conflictos docentes por los magros
salarios hablan de las urgencias de maestros y profesores. ¿Piensan los futuros docentes en una formación inspirada en principios religiosos?
Los alumnos del Instituto de Formación Docente del Consudec, en esta capital -que se están formando para ser desde maestros de jardín de infantes hasta profesores en los colegios secundarios- dicen que para ellos esa mirada trascendente cuenta, y mucho. “Vivimos en una época de crisis donde la educación es una herramienta fundamental para que cuando los niños sean adultos puedan tomar decisiones correctas y no sean lle - vados por la corriente”, afirma K-
rina Lescano, del 2º año del profesorado de nivel inicial. Claro que Martín Giner, estudiante del profesorado de Historia, dice que lo primero, como futuros docentes, es “motivarse, no rendirse y romper con los paradigmas de una sociedad que cuando decís que querés ser profesor te miran como si te dijeran… “pobre, te vas a morir de hambre””, dice.
Sabrina Maggiorotti, estudiante del profesorado de nivel primario, explica que, junto con una buena instrucción, la elección tiene que ver con los valores. “Aunque también hoy día la iglesia esté un poco desacreditada –dice- creo que hace una tarea fundamental dentro de la sociedad y el mundo que marca la diferencia, especialmente en el respeto a la persona”. “Mas allá del libro, la carpeta o el pizarrón, se aprende desde el ejemplo del profesor”, coincide María de los Ángeles Dania, estudiante del último año de Biología. Y agrega que desde su materia es “importante ver la pobreza, la vivienda o la salud transmitiendo una ética y los valores de la vida humana”.
El Consudec es una institución católica que, además de transmitir los conocimientos académicos, trata de transmitir una cosmov-i sión cristiana del hombre y el mundo. Su rector, doctor José M-a ría La Greca, dice que “la afectiv-i dad condiciona la educación, aunque junto a eso se trata de dar los contenidos propios que son alta - mente especializados y actualiza - dos; hoy la ciencia y la técnica generan una demanda muy grande de incorporar el avance al aprendizaje”. Y agrega: “El respeto a la persona, a la vida, a la libertad, la solidaridad, la unión de la fe y la cultura se expresa por una parte en materias específicas como teología, por ejemplo, pero también tratamos de que nuestros docentes puedan transmitir un estilo de v-i da cristiano desde las actitudes, desde la contención al alumno, las amistades que pueden cultivar, la relación con los profesores que después del egreso siguen manteniendo para consultas, para seguir formándose o sólo por amistad”. Todos coinciden que la educación debe abarcar a la persona humana en su dimensión intelectual, física, social y religiosa. “Los que estamos acá tenemos la convicción de que una educación desde los valores es un medio importantís-i mo para cambiar un poco esta realidad -concluye Martín-; una tarea a largo plazo que tiene que ver con la esperanza”.