Tras dialogar una hora y media

Marcó: "De ninguna manera Francisco piensa en renunciar"

"Tenemos Papa para rato", aseveró el asesor de Valores Religiosos y antiguo vocero de Bergoglio. El sacerdote dijo que está "más lúcido que nunca" y que le impresionó verlo tan alegre pese a las limitaciones que va superando con el tratamiento.
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Sergio Rubin

En medio de las especulaciones sobre una osible renuncia del Papa Francisco su ex vocero cuando era arzobispo de Buenos Aires, el padre Guillermo Marcó, salió a decir tras visitarlo este fin de semana que “más allá de su problema en la rodilla, que está en pleno proceso de superación, el Papa se encuentra perfectamente bien y de ninguna manera está pensando en renunciar”, dijo el padre Guillermo Marcó, exvocero del entonces cardenal Jorge Bergoglio, tras reunirse con el pontífice.

"Está más lúcido que nunca, me impresionó verte tan alegre a pesar de las limitaciones que vas superando con fuerza de ánimo y tratamiento. Gracias por concederme al día siguiente una hora y media de tu valioso y escaso tiempo. Tenemos Papa para rato", escribió el sacerdote en sus redes sociales.

En diálogo con Clarín, Marcó sostuvo que tuvo “una larga conversación” con Francisco, ocasión en la que pudo comprobar que está “de muy buen ánimo, súper atento y conduciendo con energía la Iglesia”, por lo que –dijo- las versiones sobre su posible dimisión “carecen de todo asidero”.

Con respecto a la suspensión de un viaje a República Democrática del Conto y Sudán del Sur, que estaba previsto para principios de julio, Marcó sostuvo que se debió “al acatamiento de las recomendaciones de los médicos para no afectar el franco proceso de recuperación de su rodilla”.

“El Papa sigue con su actividad en la medida en que la exigencia no afecte la terapia kinesiológica que está siguiendo –que incluye infiltraciones- y, por cierto, es mucho lo que sigue haciendo, más allá de la suspensión de los viajes largos que siempre son muy exigentes”, concluyó.

Francisco sufre dolores en una rodilla como consecuencia de un hueso que presiona sobre los ligamentos, lo que determinó en las últimas semanas que deba desplazarse en silla de ruedas y que los médicos le recomendaran no forzar la pierna hasta su completa recuperación.

Las especulaciones sobre la renuncia se dispararon luego de que la semana pasad a se supo que días pasados, ante los obispos italianos, dijo que “antes de operarme, renuncio”, en una alusión a la operación a la que debería someterse como la forma más rápida de recuperarse.

Más allá de la expresión del Papa -“una salida simpática”, según sus allegados-, lo cierto es que Francisco no quiere someterse nuevamente a la anestesia luego de que, al parecer, le cayó mal la que le aplicaron el año pasado cuando lo operaron de divertículos en el colon.

La suspensión del viaje a África, anunciada el jueves, también abonó las especulaciones, así como que Francisco convocó para fines de agosto a todos los cardenales del mundo para crear 21 nuevos y poner en una marcha una profunda reforma de la curia romana.

Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que también hacia fines de agosto Francisco visitará la localidad de L’Aquila, cercana a Roma, donde está la tumba del Papa Celestino V, el último pontífice en renunciar, allá por el 1294.

Es que Benedicto XVI, antes de anunciar su histórica renuncia, también fue a L’Aquila a homenajear a Celestino V y así siguió sus pasos más de 700 años después.

Fuente: Clarín y VR