El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y conferencias episcopales de la región expresaron su solidaridad con el obispo de Matagalpa (Nicaragua), Rolando Álvarez, quien llevaba varios días confinado en la sede episcopal acusado por el régimen de Daniel Ortega de "incitar a actos de odio" contra el gobierno nicaragüense.
“El Consejo Episcopal Latinoamericano se une al sufrimiento que vive gran parte del pueblo de Nicaragua y la Iglesia que peregrina en esta querida tierra, sus fieles y pastores, ante el constante hostigamiento que viene sufriendo por parte de las autoridades gubernamentales”, expresa el comunicado firmado por los arzobispo Miguel Cabrejos Vidarte (Trujillo - Perú) y Jorge Lozano (San Juan - Argentina), presidente y secretario general respectivamente del organismo eclesial.
“Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, sostiene en la declaración.
El CELAM publicó el viernes en su cuenta de Twitter una fotografía en la que se ve a Álvarez arrodillado en oración, rodeado por policías.
En tanto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) expresó su "fraternidad, amistad y comunión episcopal" con Álvarez, y añadió: "Nos toca el corazón como obispos e iglesia nicaragüense, pues si un miembro sufre, todos sufrimos con él".
Paralelamente, la Conferencia Episcopal de Costa Rica manifestó su "más sincera solidaridad" y su deseo de "que llegue la paz y se puedan abrir caminos de diálogo en busca del bienestar de todos los habitantes del hermano país".
A su vez, el presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, Roberto Camilleri, dijo en una carta pública que "la libertad de expresión es un pilar fundamental que garantiza la existencia de una democracia" y subrayó su "solidaridad y cercanía espiritual" con Álvarez.
También los obispos de El Salvador afirmaron en un comunicado que les "preocupa la seguridad de los pastores" y lamentaron "la situación política y social" de Nicaragua, según la agencia de noticias AFP.
Álvarez, de 55 años y crítico del gobierno del presidente Daniel Ortega, es acusado por las autoridades de Nicaragua de "organizar grupos violentos" e incitar a "ejecutar actos de odio" con el supuesto fin de desestabilizar el país.
"Formalmente han dicho que tenemos casa por cárcel", explicó Álvarez ayer, tres días después de que la policía le impidiera salir de su domicilio en la sede de la curia local.
Fuente: Agencias