El obispo chino de Baoding, Francisco An Shuxin, amenazó en una carta pastoral con suspender los sacramentos a los sacerdotes y fieles que se nieguen a unirse a la Asociación Patriótica Católica, conocida como la “iglesia oficial” en el país y controlada por el Partido Comunista Chino (PCC).
Cabe recordar que Mons. An estuvo secuestrado a manos del régimen, y fue liberado después de estar 10 años en prisión y aceptar registrarse en la Asociación Patriótica. Se estima que seis millones de católicos están registrados en el PCC, mientras que la Iglesia “subterránea” o no “oficial” está conformada por varios millones de católicos que rechazan unirse a la Asociación Patriótica, y son fieles a Roma.
En su «Carta pastoral sobre el registro civil del clero en la Diócesis de Baoding», el prelado informa que más de 30 sacerdotes han concelebrado con él en los últimos meses. Y cita el acuerdo provisional entre el Vaticano y China, que seguirá vigente hasta octubre de este año, la Orientación pastoral de la Santa Sede sobre el registro civil del Clero en China y otras declaraciones papales para animar a todo el clero a registrarse oficialmente.
También pide a todos los fieles de la diócesis a aceptar al clero registrado, para fomentar la unidad de la diócesis. Y amenaza: de lo contrario, se procederá a la suspensión de los sacramentos.
Una fuente china de Asia News denunció que este año las autoridades del régimen comunista están usando la Orientación pastoral del Vaticano para forzar a los sacerdotes del país a unirse a la Asociación Patriótica, y así realizar una “transformación” del clero en la región.
Además de que “se restringen totalmente las libertades personales del clero no oficial -con la supervisión y encarcelamiento-”, ahora “este documento se ha convertido en el arma más poderosa del gobierno para ‘transformar’ al clero clandestino bajo la bandera del Vaticano”, sostuvo. Como ejemplo, señaló que los sacerdotes de Baoding, que eran “conocidos desde hace décadas por su lealtad, firmaron en apenas dos o tres meses lo que antes consideraban ‘contrario’ a su fe y compartieron la Eucaristía con el Obispo An, que ya se había unido a la Asociación Patriótica”.
“Pero el dolor no termina ahí. Muchos sacerdotes nunca habían visto este documento y cuando las autoridades gubernamentales se lo leyeron, lo firmaron aceptando las condiciones, siguiendo el espíritu de la Guía Pastoral [del Vaticano]. Pensaron que esa era la voluntad de la Santa Sede”, agregó. Al respecto, sostuvo que “esto no alivió la confusión y los escrúpulos de su conciencia”, al punto que “algunos sacerdotes sufrieron una crisis nerviosa después de firmar; otros se arrepintieron y luego se sintieron muy apenados”.
Fuente: Agencias