EL COMPROMISO DE UNA RELIGIOSA VALIENTE

“Por la prédica de Jesús lucho contra la trata”

Por: María Montero

La hermana Martha Pelloni presentó en la Feria del Libro una obra que compendia su trabajo en la Red Infancia Robada. Y dice que sigue adelante.
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La hermana Martha Pelloni era rectora del colegio del Carmen y San José de Catamarca cuando, en 1990, María Soledad Morales, una de sus alumnas, fue asesinada. Ese año, la monja carmelita decidió ponerse al frente de la primera marcha de silencio para lograr el esclarecimiento del crimen y el enjuiciamiento de los responsables.

Allí comenzó lo que para ella fue el primer caso de trata que la comprometió a dedicar el resto de su vida a ayudar a quienes pasan por situaciones similares.

“Tuve la responsabilidad moral y social frente a un colegio que esperaba una respuesta sobre lo ocurrido a María Soledad. A ella la reclutaron, drogaron y violaron hijos del poder político, de la noche y las mujeres. Y se descubrió que esto mismo hacían cada fin de semana con otras chicas, quienes me vinieron a contar de la explotación sexual que sufrían”, cuenta la religiosa.

Dos años después fue destinada a Goya, Corrientes, donde continuó su tarea de denuncia y acompañamiento a víctimas, hasta que en 2008 creó la Red Infancia Robada, una organización no gubernamental con 35 foros distribuidos en todo el país, que muestran la metodología que aplican los que conquistan a estas jóvenes.

“El primer desafío que tuve que enfrentar como religiosa -cuenta Pelloni-, fue el de mantener la coherencia de la verdad entre la realidad de lo que sucedía y el encubrimiento del poder político, judicial y policial. Y el segundo fue, con las palabras de Santa Teresa de Jesús en mi mente, ‘La paciencia todo lo alcanza’, tener una paciencia activa, de lucha”, dice.

A los 74 años, Martha Pelloni mantiene el optimismo de que la violencia, especialmente contra la mujer, es algo que puede erradicarse “en la medida que trabajemos para desaprenderla, porque es algo que se aprende”, afirma. Aunque reconoce que para ello habrá que trabajar mucho, tanto con los hombres como con las mujeres “para cambiar la mentalidad machista, por un lado, y lograr que las mujeres no piensen que la prostitución es un trabajo, por el otro”.

Lejos del aislamiento que implica una vida contemplativa, desde su red Infancia Robada, la hermana Pelloni dedica su vida a asistir y contener a las víctimas de todo tipo de esclavitud.

Siente que, como religiosa, lo que la mueve a dedicarse a ello es el “humanismo de Jesús predicado en su profetismo hacia los más pobres y desvalidos, allí donde la vida está amenazada, donde la vida clama el grito al Cielo”.

El compendio de toda su tarea y la que realiza el foro de Goya está volcada en el libro “Infancia roba- da. Una lucha por la dignidad de la vida”, editado por Claretiana, y que acaba de presentarse en la 41o Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en base a una entrevista realizada por la editorial y el equipo claretiano de Justicia y Paz.

En él, esta religiosa licenciada en filosofía y letras y en ciencias de la educación, y los profesionales que trabajan con las víctimas del tráfico, la explotación de niños, la violencia y el abuso sexual, cuentan cómo se los conquista a través de la adicción a las drogas y en qué consiste el tratamiento.

Mostrar este trabajo de campo, explica Pelloni, tiene como objetivo “visibilizar este flagelo que está diseminado por todo el país con características propias, como es el caso en Goya, donde el mayor problema es el abuso sexual doméstico, pero también incidir en las políticas públicas y lograr que la sociedad en general no mire para otro lado”.