Por: Firas Elsayer (Centro Islamico de la Rep Arg)
El tiempo va transcurriendo con sus noches, días y horas. Los acontecimientos se suceden y uno no sabe hacia dónde se va dirigiendo ni lo que le guarda Dios en esta etapa de la vida. Dice el Altísimo en el Corán: “Sólo Dios sabe cuándo llegará la hora [el Día del Juicio], cuándo hará descender la lluvia y qué hay en los vientres maternos; y nadie sabe qué le deparará el día siguiente ni en qué tierra ha de morir”.
Por eso, es necesario que reflexionemos cuidadosamente y nos aprovisionemos de perspicacia para sacar provecho de lo que nos ocurre día a día, y al analizar una etapa llegar a nuestras conclusiones y, por supuesto, proponernos corregir el error.
No hay que dejarse engañar por la vanidad de esta vida porque es una morada de cansancio y a fricciones, no de perpetuidad ni de estabilidad. Intentemos tener una visión más amplia y transitemos por el camino de los que intentan contribuir con el bien, la buena palabra, el consejo y la obra de caridad –que es luz– para que las nuevas generaciones sean más virtuosas, más piadosas, con mejores cualidades. No nos dejemos llevar por la palabra vacía, la obra hecha por ostentación, ni la falsa adoración que se hace por hipocresía. Dice Dios en el Corán: “La vida de este mundo no es más que juego y distracción, pero la morada de la Otra Vida es mejor para los que se guardan. ¿No van a razonar?” (6:32).
Este continuo llamado a la re- flexión al ser humano en general, y al lector comprensivo en particular, es un invitación a utilizar esta inmensa Gracia que nos otorga el Creador y que es “la razón”.
Los días van discurriendo rápidamente y hacen que todo esté computado en nuestro favor o en contra, ya que nuestro tiempo va terminado sin habernos preparado como se debe para el Final. ¿Qué es lo que realmente hemos hecho para ese último día? ¿Con qué obra terminará nuestro tiempo? ¿Una obra buena o mala? ¿Y de qué manera iremos al encuentro de Dios?
No nos dejemos seducir por la infinita paciencia que tiene Dios para con nosotros. Que nuestra vida no nos distraiga de lo que realmente debemos hacer para la Otra Vida. Que la rutina diaria no nos domine ya que nos dice: “Y si Dios tomara en cuenta a los hombres por sus injusticias no dejaría sobre ella (la tierra) ningún ser viviente. Sin embargo, los deja hasta un plazo fijado. Pero cuando les llega su plazo no se les retrasa ni se les adelanta una sola hora” (16:61).
Pero como seres humanos, muchas veces no reflexionamos sobre el alcance de las palabras divinas. Sin duda, podemos ser alcanzados por la Misericordia y bendición de Dios, pero debemos estar precavidos mientras la corrupción carcome nuestro tejido social, volviendo a analizar Sus palabras, y saber que debemos ser protagonistas de ese cambio de actitud ordenando el bien y absteniéndonos del mal. Dice en el Corán: “Para que de vosotros surja una comunidad que llame al bien, ordene lo reconocido e impida lo reprobable. Esos son los que cosecharán el éxito” (3:104). “Los que se vuelven después del error, los que adoran, los que alaban, los que ayunan, los que se inclinan, los que se postran, los que ordenan lo reconocido como bueno y los que impiden lo reprobable y los que guardan los límites de Dios” (9:112).
Cada etapa llega a su término pero la pregunta insistente es cómo será ese Final. En qué condición iremos a la siguiente etapa para que nos juzgue por toda una vida y por largos años en los que hubo cosas buenas y malas: “Y el que haya hecho el peso de una brizna de bien, lo verá; y el que haya hecho el peso de una brizna de mal, lo verá” (99:7- 8). “Y se colocará el libro, entonces veréis a los que hayan hecho el mal atemorizados por lo que pueda contener. Dirán: ¡Ay de nosotros! ¿Qué tiene este libro que no deja nada ni pequeño ni grande sin mencionar? Y encontrarán delante lo que hicieron. Tu Señor no vas a tratar injustamente a nadie” (18:49).
Así, debemos reconsiderar nuestra situación, ya que estamos en esta etapa de la vida porque no sabremos cuándo será la partida. Aprovechemos la ocasión antes de que todo llegue a su n. Pues el Profeta dijo: “Aprovecha cinco antes de cinco: tu juventud antes de tu vejez, tu salud antes de tu enfermedad, tu riqueza antes de tu pobreza, tu tiempo libre antes de que estés ocupado y tu vida antes de tu muerte”.
Un estímulo para memorizar el Corán
Como forma de impulsar y estimular la memorización del Sagrado Corán, el 3 de diciembre, en la Mezquita Al Ahmad del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), se realizó el primer evento de recitación del Corán. Participaron 90 eles y, tras una ronda de eliminación, los finalistas fueron 30. Concursaron alumnos que tuvieron un des- empeño admirable a pesar de su prematura edad.
La ganadora fue la pequeña Aissatou Goudiaby y el premio para el nivel más alto consistió en un viaje para hacer la Umrah (peregrinación menor).
El jurado estuvo compuesto por los sheij Abdelnaby Elhefnawy, Muhammad Zaher Alnajjar y Mahmud Yibril.
Entre otros, estuvieron presentes el encargado de negocios
de la República de Azerbaiyán, Rashad Aslanov; el Consejero Diplomático de la Embajada de la República Argelina Democrática y Popular, Mohamed Taleb, y el primer secretario de la Embajada de la República Árabe de Egipto, Mohamed Ahmed Youssef.