Por: Ricardo Elía
Samarcanda es hoy la segunda ciudad más grande de la República de Uzbekistán (después de Tashkent, su capital), una nación del Asia central con 36 millones de personas de las cuales más del 96% son musulmanes. Con 2700 años de antigüedad, fue capital de la satrapía de Sogdiana del Imperio aqueménida y conquistada por Alejandro el Grande en 329 a. C. Samarcanda en la lengua sogdiana significa “fortaleza de piedra”. Los griegos la llamaron Maracanda. Su apogeo cultural tuvo lugar cuando se convirtió en la capital de la dinastía musulmana de los Timúridas (1370-1499) en la Ruta de la Seda. Samarcanda forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco desde el año 2001.
Entre 1417 y 1420, el polímata Ulugh Beg (ver recuadro), nieto de Tamerlán Timur (1336-1405), el fundador del imperio timurí, construyó una madrasa (escuela islámica) que se abre a la plaza principal de la ciudad denominada Registán (en persa, “arenal”) que tiene 70 x 80 metros (5600 metros cuadrados). El complejo del Registán ocupa – madrasas incluidas– 190 x 260 metros (5 hectáreas). La plaza fue considerada como el centro del Renacimiento Timúrida.
La madrasa de Ulugh Beg mide 81 x 56 mts, y tiene un sahn (patio) cuadrado de 33 mts de lado, en cuyo perímetro hay cuatro iwán (pórtico con una sala abovedada abierta en uno de sus cuatro lados) y dos plantas con habitaciones para estudiantes (huyras). En el siglo XV se convirtió en uno de los centros universitarios más importantes del mundo islámico.
Frente a este edificio monumental, separado por el espacio libre de la plaza, se levanta la madrasa Shir Dar (“Residencia de Leones”, nombre que proviene por los dos leones solares que decoran los tímpanos de su pórtico), construida entre 1619-1636 por orden de Yalangtush Bahadur (1576-1656), gobernador militar uzbeko de Samarcanda, dependiente del Janato de Bujará (1500-1785).
El espacio se cierra en su parte norte por la madrasa-mezquita de Tilia Kari (“la Decorada con Oro”), erigida entre 1646-1660 por el mismo soberano. El mihrab (hornacina que indica en el muro la dirección a Meca al orante musulmán) de la mezquita está ornamentado en la técnica de Kundal de oro sobre azul. El término kundal de origen persa fue introducido en la literatura académica especializada en 1928 por el plástico ruso I. K. Mroczkowski, uno de los primeros científicos que estudió la ornamentación interior de las estructuras timúridas en Uzbekistán. Esta técnica fue estudiada por la arqueóloga rusa Galina Pugachenkova (1915-2007). También se encuentra una pintura kundal en la sala de conferencias (darsjana) de la madrasa Shir Dar.
Los dos minaretes de la madrasa de Tilia Kari, integrados a la estructura, están coronados por domos de cerámica vidriada de color azul-turquesa que hacen juego con la cúpula de la mezquita. La fachada de esta madrasa está decorada con dos hileras de nichos ojivales situados a ambos lados del portal. En la parte interior del pishtaq, el techo muestra epígrafes en estilo caligráfico thuluth (en árabe, “un tercio”).
Las madrasas de Ulugh Beg y Shir Dar poseen cuatro minaretes separados de la estructura, uno en cada esquina. Los alminares timuríes de estos edificios se caracterizan por un fuste liso cubierto por inscripciones cúficas, mientras en el punto más elevado, desde donde el muecín llama a la oración, están abiertos en forma de campana invertida y recubiertos de mocárabes. La madrasa de Shir Dar se destaca por sus dos cúpulas con nervaduras donde predomina el color azul-turquesa.
Las tres madrasas tienen sus accesos a través de pishtaq, grandes pórticos con forma de iwán tachonados en su parte superior por mocárabes y revestidos con ladrillos esmaltados y cerámicas.
Detrás de la madrasa Shir Dar hay un curioso edificio denominado Charsu (en persa, “encrucijada”), construido en el siglo XV y renovado en el siglo XVIII. De forma hexagonal con cúpula, se encuentra en la intersección de los caminos que conectan Samarcanda con Tashkent, Bujará y Shahrisabz.
Al este de la madrasa Tilia Kari está el Mausoleo de la dinastía musulmana turca de los Shaybánidas (1500-1599), una serie de lápidas, la más antigua de las cuales data del siglo XVI. El mausoleo fue destruido en la década de 1870 por las fuerzas de ocupación de la Rusia zarista.
Muy cerca, al norte del Registán, se encuentran la grandiosa Mezquita de Bibi Janum, completada en 1404, y la necrópolis de Shah-i-Zinda, un complejo que se formó a lo largo de ocho siglos (desde el XI hasta el XIX) y que incluye más de veinte edificios con múltiples cúpulas.
En 1888, el viajero inglés y futuro virrey de la India británica, Lord George Curzon (1859-1925), llamó al Registán “la plaza pública más noble del mundo”.