El obispo de San Nicolás de los Arroyos, monseñor Hugo Santiago, dispuso “poner fin, de manera definitiva, a la difusión de los mensajes de la señora Gladys de Motta referidos a la Virgen María”, tras hacer una consulta a Roma sobre este tema.
“El Vaticano me contestó afirmativamente que eso era lo más conveniente para la fe mariana en María del Rosario de San Nicolás”, sostuvo en un videomensaje dirigido a los amigos devotos de la Virgen bajo esta advocación mariana.
El prelado recordó que en 1990 el entonces obispo de San Nicolás de los Arroyos monseñor Domingo Salvador Castagna había decidido, después de consultar a teólogos y psicólogos, “poner fin a la divulgación de los mensajes de la señora Gladys de Motta referidos a la Virgen por considerarlos suficientes y para evitar que dichos mensajes se desvirtúen”.
“Lo que consulté a Roma fue hacer definitiva la decisión que tomó monseñor Salvador Castagna en 1990, es decir dejar de publicar los mensajes para que el acontecimiento mariano de San Nicolás, siga siendo digno de fe y nos lleve a seguir a Cristo a través del Año Litúrgico, el cual nos presenta toda la vida de Cristo y María. Y es el lugar que la Iglesia nos propone para crecer en la fe católica”, fundamentó.
Monseñor Santiago invitó a seguir acompañando la novena mensual, visitando el santuario venerando a la madre de Dios en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. “Ella escuchará sus pedidos y acciones de gracias, sobre todo, los invito a celebrar en ese santuario el sacramento de la Reconciliación que sana nuestras heridas y pecados, y nos une a Dios y a nuestros hermanos”, aseguró.
Desgrabación del video del obispo
“Amigos devotos de María del Rosario de San Nicolás:
“Realicé una consulta a Roma acerca de la posibilidad de poner fin, de manera definitiva, a la difusión de los mensajes de la señora Gladys de Motta referidos a la Virgen María, y el Vaticano me contestó afirmativamente que eso era lo más conveniente para la fe mariana en María del Rosario de San Nicolas.
“Les hago un poco de historia para que entiendan mejor, o puedan entender: Desde 1983 a 1990, en el que comenzaron los mensajes de la señora Gladys de Motta referidos a la Virgen, monseñor Domingo Salvador Castagna, por entonces obispo de la diócesis de San Nicolás de los Arroyos, hizo un discernimiento, consultó al papa Juan Pablo II, y los consideró fidedignos. Es decir, dignos de fe a los referidos mensajes, por eso que decidió la construcción de un santuario dedicado a Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. Sin embargo, al mismo tiempo, monseñor Castagna después de consultar a teólogos y psicólogos en ese mismo año, 1990, decidió poner fin a la divulgación de los mensajes de la señora Gladys de Motta referidos a la Virgen por considerarlos suficientes y para evitar que dichos mensajes se desvirtúen. Es decir, que la señora Gladys presente como dichos de la Virgen, lo que en realidad eran sus propias reflexiones.
“Al obispo le habían advertido que esto podía ocurrir con el paso del tiempo, entonces lo que había sido digno de fe en sus inicios, podría no serlo con el paso del tiempo. Hay teólogos y psicólogos que siguen opinando lo mismo que hace 27 años, en el día de hoy. Por eso, lo repito, para que el acontecimiento mariano de San Nicolás siga siendo digno de fe, es conveniente poner fin a la divulgación de los mensajes que seguiré recibiendo y guardando en los archivos del obispado, escritos por la señora Gladys, a fin de que en el futuro cuando nosotros ni la señora Gladys estemos en esta tierra, podrán ser analizados por la Iglesia, porque la Iglesia no canoniza a nadie en vida.
“Los teólogos también asesoraron a monseñor Castagna diciéndole que la revelación privada, los mensajes de Gladys en este caso, debían estar al servicio de la revelación sobrenatural que se da a través de las Sagradas Escrituras, la tradición y el Magisterio, que no podían reemplazarla ni perjudicarla. De allí que desde 1990 en adelante había que poner el acento, no en los mensajes, que es el acontecimiento originante, sino en el santuario como Casa de Dios, en la cual se venera la imagen de Nuestra de San Nicolás, y en la conversión de los peregrinos que llegando al santuario sentían deseos de confesarse, celebrar el sacramento de la Reconciliación como una gracia de la Virgen. Esto es lo que se llama acontecimiento originado.
“Lo que consulté a Roma fue hacer definitiva la decisión que tomó monseñor Salvador Castagna en 1990, es decir dejar de publicar los mensajes para que el acontecimiento mariano de San Nicolás, siga siendo digno de fe y nos lleve a seguir a Cristo a través Año Litúrgico, el cual nos presenta toda la vida de Cristo y María. Y es el lugar que la Iglesia nos propone para crecer en la fe católica.
“Por eso la novena mensual tendrá como motivación las palabras de la Santísima Virgen María en las bodas de Caná: ‘Hagan lo que Él les diga’, rezaremos por las intenciones del papa Francisco para ese mes y, haciendo caso al consejo de la Virgen, el tema de cada día de la novena lo tomaremos de la Palabra de Dios que la liturgia de la Iglesia nos propone para ese día.
“María no se ha callado y sigue llevándonos a Jesús en el Año Litúrgico. Navidad podemos escuchar su ‘hágase’ al anuncio del Ángel, o aceptando ser la madre de Dios. Luego la veremos ir presurosa a visitar y a servir a su prima Isabel. Podremos contemplar su silencio y gozo ante el nacimiento de Jesús en Belén, fruto bendito de su vientre. En Cuaresma la vemos meditando las dolorosas profecías de su Hijo, que anuncia que va a tener que sufrir mucho por es condenado y crucificado, pero que resucitará al tercer día. La vemos acompañándolo al pie de la cruz, siendo fiel hasta el final. En Pascua participa la Santísima Virgen como nadie de la resurrección de su Hijo y luego acompaña la Iglesia naciente en la oración hasta la venida del Espíritu Santo.
“María sigue hablando en las Sagradas Escrituras. Por tanto, los invito a que nos sigan acompañando en la novena mensual, vengan al santuario, veneren a la madre de Dios en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. Ella escuchará sus pedidos y acciones de gracias, sobre todo los invito a celebrar en ese santuario el sacramento de la Reconciliación que sana nuestras heridas y pecados, y nos une a Dios y a nuestros hermanos.
“Queridos hermanos, que Dios los bendiga, les muestre su rostro y les dé su paz y que la Virgen nos acompañe como madre amorosa. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Fuente: Aica