Sábado 30.09.2023

ISLAMICOS. ENSEÑANZAS DEL CORAN .

Seguir el ejemplo del Profeta

Muhammad es un modelo a seguir para los creyentes musulmanes. Su forma de adoración, el buen trato y una moral inquebrantable dan cuenta de que Allah lo había preparado para transmitir el mensaje del Islam a toda la humanidad.
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-Por Fyras Elsayer-

Muhammad dijo: “No habrá nada más pesado en la balanza del creyente que la buena moral, y para Allah (Dios en árabe) no hay nada más despreciable que el obsceno e indecente”. Entre las mejores formas de piedad y fe está seguir el ejemplo del Profeta Muhammad, su intachable moral y sus cualidades. En el Corán dice: “Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah (de valor y firmeza en la fe) para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser re- compensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah” (33:21). Fue ejemplo para los creyentes en su forma de adoración, en su buen trato, en su moral y en todos los aspectos, porque Dios lo había preparado para transmitir el mensaje del Islam a toda la humanidad.

El Profeta era generoso, sabía disculpar, era compasivo con todos, sólo se enojaba si se trataba de una falta con los derechos de Dios, siempre cumplía con su palabra y con sus acuerdos, no traicionaba ni oprimía, sino que era una persona leal, confiable y justa. Dios dice respecto de guiarse con la luz del Corán, respetar sus normas morales y cumplir con sus preceptos: “Por cierto que este Corán guía por el sendero más justo y firme, y albricia a los creyentes que obran rectamente que recibirán una gran recompensa” (17:9).

Cuando las almas se apartan de la guía Dios corrompen su moral por lo que mienten, traicionan, tratan mal a su familia, educan mal a sus hijos y tratan mal a sus hermanos en la fe.

El Profeta siempre preguntaba por sus compañeros para saber cuál era su situación a modo de ejemplo para los gobernantes que le sucederían. Rechazaba lo malo. En las reuniones nunca se sentaba ni retiraba sin recordar a Allah, cuando llegaba a una reunión se sentaba en donde hubiese lugar y ordenaba imitarlo. Procuraba so- lucionar todos los problemas de quienes acudían a sus reuniones, al punto de que cada uno pensaba que no había sido tan generoso como consigo. Era tan amplia su moral que pasó a ser como un padre, pero en cuanto a los derechos los consideraba a todos iguales.

Era justo, paciente, confiable. Sus compañeros nunca levantaban la voz en su presencia ni recordaban o elogiaban cosas prohibidas, eran equitativos, humildes, respetaban a los mayores, tenían compasión por los pequeños y preferían ayudar a los necesitados aunque eso representase un gran sacrificio.

Siempre tenía buena cara, buena predisposición y era condescendiente. Nunca se mostró rudo o duro de corazón, ni obsceno. Estas eran las cualidades que influenciaron a sus compañeros. Todos pueden incorporarlas y así preocuparse por la situación de los demás, ayudar a los que padecen necesidades, honrar a los piadosos, ocupase de los débiles y ancianos y tener compasión por los niños. Esto atraía a los corazones y debemos procurar alcanzar todos: enseñó a facilitar las cosas, ser humildes, alejados de la rudeza y de la obscenidad, tanto en la forma de ser como en la de hablar y alejados de la malidicencia. 
Estas bellas cualidades hicieron que los árabes más duros de corazón aceptasen el Islam, ya que el Profeta respondió a las faltas de respeto con una sonrisa.

El Islam se basa en el buen trato, en cumplir con los compromisos, en la transparencia de las intenciones. Éstas eran las cualidades del Mensajero de Allah quien dijo: “Que nadie me transmita nada malo de nadie, porque yo amo reunir- me con ellos con el corazón a salvo”. A salvo del rencor y del odio, dos cualidades censurables que llevan a la persona a perjudicar a los de- más, a cortar las relaciones con los parientes y a mantener una conducta reprobable.

MUESTRA DE FOTOS

Arte islámico en la Ciudad

Desde hoy se puede visitar la muestra fotográfica “El Arte Islámico en la Ciudad”, organizada por la Dirección de Cultos del Gobierno de la Ciudad y el Taller de Foto- grafía Amalia Retamozo. Las 35 imágenes a exhibir buscan homenajear el aporte artístico y cultural que la comunidad islámica viene realizando a lo largo del tiempo en la Ciudad y que hoy puede encontrarse en lugares tan diversos como el Rosedal, la Línea C del subte, centros culturales, instituciones religiosas, bibliotecas, clubes, mezquitas y museos.

La exposición podrá visitar- se hasta el 26 de agosto, en la sede del Centro Islámico de la República Argentina, av. San Juan 3053, 1o piso, de lunes a viernes de 10 a 17, con entrada libre y gratuita.