EL CURA DE LOS MINEROS

“Todos salieron más religiosos”

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Como párroco de la iglesia de la Santísima Trinidad de la localidad chilena de Copiapó, donde estuvo destinado hasta hace dos años, el padre Daniel 
Pauvif tuvo entre sus feligreses a varios de los mineros que quedaron atrapados en la mina San José. En aquellos tiempos, no le resultaba fácil acercarlos a las celebraciones, que se integraran al quehacer de la parroquia. “Es que para ellos la religión era cosa de mujeres”, dice Pauvif. Entre los pocos hombres que no tenían problemas de expresar su fe y asumir un mayor compromiso se contaba un tal Esteban Rojas. Cuando el 5 de agosto se produjo el derrumbe, el padre Daniel -pese a que la iglesia en la que ahora actuaba estaba a casi 200 km de la mina- sintió que debía ir al lugar a rezar por los mineros atrapados -entre los que se encontraba Rojas- y asistir a sus familias. Fueron momentos de intensas vivencias religiosas.
Finalmente, concretado el rescate de los 33 mineros tras 69 días de encierro, al padre Daniel le resultó impresionante ver la transformación religiosa que habían sufrido. “Hasta los que no creían en Dios salieron creyendo”, apunta. Ni bien se restablecieron, Pauvif visitó a Rojas -quien le había prometido a Dios que, si salía con vida, se casaría con su mujer por iglesia- y le ofreció sus oficios para la boda.