RECUPERAN UN GRAN PATRIMONIO

Tres siglos de historia y fe

La iglesia de San Ignacio resistió las invasiones inglesas. Fue sala alternativa para los debates en el vecino Cabildo que llevaron a la Revolución de Mayo de 1810. Y sede de la fundación de la UBA.
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Resistió a sangre y fuego la ocupación del templo por parte de los invasores ingleses. Albergó muchos de los debates que desembocaron en la Revolución de Mayo. Fue un centro religioso, cultural y educativo que marcó la vida colonial rioplatense. La iglesia de San Ignacio, la primera de Buenos Aires y el
edificio más antiguo de la Ciudad, que acaba de cumplir tres siglos, se levanta en las inmediaciones de la Plaza de Mayo como un valioso testigo e, incluso, protagonista depasajes salientes de la historia argentina.
Fue en San Ignacio donde el 31 de diciembre de 1806 se celebró la misa de acción de gracias por la Reconquista de la Ciudad tras las primeras invasiones inglesas, con la presencia del Cabildo y otras autoridades. Un año más tarde, la valiente defensa de un grupo de vecinos evitó que los ingleses, en su segundo intento invasor, tomaran el templo. Los aprestos para la Revolución de Mayo tuvieron en la iglesia no sólo un lugar de debate, sino un estímulo.
En 1821, se realiza en el templo la inauguración de la Universidad de Buenos Aires. Es que el lugar tenía una fuerte impronta cultural y educativa. Los jesuitas, que habían levantado la iglesia, construyeron junto a ella el llamado colegio Grande (más recordado por el nombre que tomó tras su expulsión:
San Carlos). Allí, finalmente, se edificaría en 1863 el colegio Nacional Buenos Aires. A partir de 1823, la iglesia también sería la sede de la famosa Sociedad de Beneficencia.
En 1955, durante el conflicto entre Perón y la Iglesia, el templo se contó entre los más dañados por los incendios intencionales. Parte de su valioso archivo y varias de sus imágenes se quemaron. Además, diversos objetos fueron robados durante el saqueo. Ubicado en la esquina de Bolívary Alsina, este  inestimable patrimonio nacional siguió sufriendo embates. A las vibraciones causadas por los colectivos se sumó la rotura de un caño maestro que
inundó de agua el subsuelo y afectó los cimientos, quebrando el templo por la mitad. Cerca de convertirse en un montón de escombros, en 2007 se consiguió poner en marcha la restauración de su frente y estructura. La Nación aportó el 60 % de la primera etapa cotizada en doce millones de pesos. El Gobierno de la Ciudad y los privados pusieron el resto. Esos aportes posibilitaron que hace unos pocos días, al cumplirse los 300 años, el templo pudiera
volver a ser el emblemático monumento que fue. 
Con sus imágenes religiosas de variado origen como la de Nuestra  Señora de las Nieves, la que se cree fue traída a Buenos Aires durante la expedición de Pedro de Mendoza. Con su altar del siglo XVI, labrado en madera y revestido de láminas de oro talladas en las reducciones jesuíticas y con su antiguo 
reloj original del Cabildo que aún conserva su torre. Declarado Monumento Histórico Nacional en 1942, conserva en su interior dos tramos de los míticos túneles de la Ciudad construidos en tiempos de la colonia para escapar ante la eventual invasión de una potencia extranjera. Con un papel  descollante en varios momentos de la historia argentina, las autoridades religiosas quieren destinar un espacio de la iglesia de San Ignacio para exhibir
piezas de valor histórico, artístico y religioso.