UN APORTE A LA JUSTICIA SOCIAL

Comparte

- Por Santiago Fraga (Director ejecutivo Vicaría de Educación Arzobispado de Buenos Aires) -

Lejos de aquella falsa y restrictiva idea de que la es- cuela únicamente prepara para el futuro, existen numerosas experiencias del valioso aporte que hoy mismo puede hacer toda la comunidad educativa en el ámbito de la justicia social. Este desafío no sólo es posible sino también más importante que nunca. Resulta una necesidad urgente como respuesta de una sociedad que precisa recuperar la dimensión comunitaria y trascendente como garantía de continuidad de su propia humanidad, frente a las amenazas propias del individualismo y una cierta moda de la banalidad de lo efímero.

La escuela puede contribuir a visibilizar problemáticas diversas que escapan a la sensibilidad de los grandes actores sociales. Cuando una comunidad trabaja articuladamente para compro- meterse en este camino, aporta voz a quienes no la tienen, lo que representa un gran avance. No se puede resolver lo que no se percibe como problema.

Por otro lado, funciona como un laboratorio de ideas e iniciativas que permiten abordar nuevas y mejores soluciones a las deudas sociales que nos duelen. Así se construyen miradas a desafíos sociales y se impulsa la promoción de soluciones. Pocos propósitos resultan más trascendentes para la escuela en esta hora de la humanidad.